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In a couple of minutes [3 & 4]

martes, 24 de abril de 2012

No soy un personaje. Soy una persona. Y tengo una historia, una serie de historias. Tengo en mente demasiadas vidas ajenas, normalmente, para ser del todo consciente de la mía propia. Pero hoy, en un arrebato de nostalgia, mi abuelo y yo nos hemos sentado a hablar un poco, del paso de los años, de las heridas y de cómo afrontarlas, de cuánto daño nos han hecho, de cuánto daño hemos hecho. Y palabras que nunca creíste salen de sus labios y de los míos, y activan algunas alarmas. Ah no, que ya no soy un crío.

Me pierdo en una maraña de años, buscándome en el comedor donde hablamos, viéndome con dos y tres y cinco y tantos otros años. Viéndome el día que entré siendo un niño y salí siendo un hombre. Viéndome el día en que maduré, de una tacada, de una patada. Me veo el día en el que era capaz de todo. Pero no fui capaz de nada.

Ahora, en realidad, ya no importa.

Ahora, mi vida es mi historia. Bienvenidos a la historia de mi vida.

Recordando voy desenvolviéndome, como si fuera un regalo y no quisiera estropear el envoltorio, por miedo a hacer daño al contenido, y van apareciendo mis recuerdos y mis cosas, ciertas personas, ciertas imágenes borrosas, fotografías viejas de personas y momentos que ya nunca volverán, y tal vez sea mejor así, pienso ahora.

Mientras, mi abuelo bendice mi suerte, y por un momento breve, muy breve, sé exactamente de qué me está hablando.

Canciones para poner los pelos de punta, volumen 2:

Erik Satie - "Gymnopédie No.1"

In a minute [2]

lunes, 16 de abril de 2012

¿Desde cuándo tengo dudas de quién soy? ¿Cuándo fue la primera vez que empecé a mirarme como si no me conociera y descubrí que, en efecto, no me conocía? ¿Sigo en una rutina o elijo mi camino cada día? ¿Me pierdo un poco más cada día o me encuentro? ¿Un día más es verdaderamente un día menos? ¿Sirve de algo pensar en la realidad? ¿Y cuestionarla? ¿Sirve de algo, hoy por hoy, despertarse cada mañana? ¿Volveré algún día a ser quien fui? ¿Algún día me aceptaré del todo? ¿Algún día me conoceré a todos los niveles? ¿Avanzo cada día o tan sólo sigo buscando un rumbo al que aferrarme? ¿Sigo tan perdido como hace tanto tiempo? ¿Por qué me explico esto? ¿Espero alguna respuesta? ¿La necesito acaso?

Simon minute.


...

Escribir es...[5]

lunes, 9 de abril de 2012

Los faros del coche atravesaban la oscuridad como un bisturí en carne ajena. La música y la radio nos acompañaban en nuestro viaje; hasta a la oscuridad habíamos dejado atrás, empezaba a salir el Sol. La carretera, símil para Kerouac de la vida, del presente, del todo y del nada en la rueda de la vida, se extendía hacia el horizonte sin fin, sin previo aviso de la llegada a nuestro destino. La idea del presente de Kerouac, en la que no existen ni el futuro ni el pasado. El futuro aún no ha llegado, nunca llegará, porque cuando llega ya se ha ido, ya es otra cosa, y siempre hay un futuro por delante, estemos nosotros en él o no. El pasado no es más que la interpretación que damos a las experiencias que nos han pasado, y a medida que pase el tiempo estas experiencias, estas interpretaciones y sus conclusiones cambiarán también, porque el pasado es dúctil, cambiante, changeling, aunque se forme de eventos cerrados, inamovibles, inalterables.

Interesante paradoja.

El presente es lo único que está. Que está y ya no está, que es y deja de ser a tal velocidad que apenas tenemos tiempo a involucrarnos en nuestra realidad y nuestro entorno.

Y es que nuestra realidad también es la realidad que queremos ver, de forma parecida a cómo cambia el pasado a medida que cambiamos nosotros mismos, esa es la única manera de pretender cambiar nuestro futuro, porque nos creemos dignos de socavar en sus misterios y tinieblas y entrever algo de lo que nos espera, porque vivimos en constante miedo al futuro, y a lo que viene, a lo desconocido, al cambio. Aún siendo nosotros los únicos y absolutos dueños de nuestro destino, del camino que pisan nuestros pasos, de elegir allí donde queramos ir, sea lo lejos que sea.

No se puede ver el final de la carretera en mitad del camino.

Por eso la carretera es la mejor metáfora de la vida.

·El pasado está ahí, y cambia tu percepción en función de cuál sea el motivo que le evoca, porqué pensamos en las cosas que ya hemos pasado, lo comparamos con otras experiencias y pretendemos sacar conclusiones. La experiencia incomparable, inalterable.

·El presente está ahí, y es la carretera, este kilómetro, este momento, este tiempo. Y como vamos a toda velocidad, no nos da tiempo a decir que estamos aquí que ya dejamos de estarlo. El presente es absolutamente efímero, un tesoro incalculable, inapreciable, indestructible.

·El futuro está ahí, y nada sabemos de él. Nada sabremos nunca de él. El misterio inalcanzable, imperecedero.


O algo así.



[Again, at home]

Escribir es...[4]

miércoles, 4 de abril de 2012

[Me voy a Galicia unos días, con H y con Sandra, hasta el domingo, a perderme en la montaña, escribir lo que me debo a mí mismo, pasar del wifi y del WhastApp y plantar los pies un poco en la tierra. No se desesperen, lectores, en breve volverán a leer mis mierdas por aquí. Un abrazo.]


Hace 4 meses, Frank pensaba:

Escribo con miedo, y pasión y odio, y furia.

Me inundo en las palabras, y lleno y engordo párrafos con más adjetivos que me acerquen a quien me lee. Para que me conozca y me deje de conocer a la vez. Me doy y me quito la razón. Binomio constante.

En cada frase soy alguien nuevo, parte un un cúmulo.

Una mezcolanza (gracias, Javier Calvo) de contradicciones, cursilerías en privado y a ratos, crítica incisiva conmigo con el que más, humor, autodaño, rechazo, presión y juicio, y pánico y asombro.

Soy mi mejor consejero, quien menos me conoce.

Mi potencial es secreto. Mierda, sé valiente y pelea.

Pélate los nudillos a puñetazos contra el espejo del ascensor, de nuevo.

Apasiónate con algo, rompe tus cadenas, libera el mal.

Y sal a escribir ahí fuera.

In a minute [1]

martes, 3 de abril de 2012

Sección nueva, pensamientos de un minuto, jarros de agua fría:

"A la vez tan cerca y tan lejos, un día de esos que quieres que pase, que pase y se borre y lo olvides, que pasen muchos días, que se hunda en la rutina, arenas mentales movedizas, como un día de resaca máxima, que sólo quieres que desaparezca, cuando te avergüenzas de cosas que no recuerdas y ya tan sólo deseas enterrarlo entre otros recuerdos, esconderlo, esconderte, en horas de sueño, y me avergüenzo, muchas veces, y me gusto tanto tantas otras que no hay quien se decida, y de mientras, pasa la vida."

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