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Muelas del juicio (o "Cómo de oportuna es la vida a veces")

lunes, 25 de febrero de 2013

Muchachos y muchachas:

Una de mis muelas del juicio ha decidido hacer acto de Aparición y Dolor a falta de unos pocos días para esta inolvidable (entre otros adjetivos) noche de viernes. Sepan de entrada que si el dentista receta antibióticos, la fiesta puede discurrir de maneras diversas y dispares, atendiendo al caso que le haga. Es decir, si no me tomo los antibióticos beberé como un cosaco (o como si tuviera un hijo en la cárcel, me encanta esa frase, H), y si me tomo los dichosos antibióticos, beberé como un cosaco (o como si tuviera un hijo en la cárcel, veáse digresión anterior para repetición innecesaria). Para el ojo inexperto no hay diferencia entre la situación A y la situación B, pero les puedo prometer y prometo que el grado de alcoholismo del cosaco en cuestión será diferente entre ambas situaciones, amén de mezclar con otras mezclas, léase chupitos de colores diversos, cigarrillos de la risa o cócteles Molotov para el hígado.

La cosa promete.

A todo esto, mi muela del juicio ha sacado radiografías, planos y mapas de mi terreno dental, planeando crear más Dolor y más Sangrar de Encías por todo el terreno sensible e hijoputesco en el que pueda plantar bandera en señal de conquista. No como mucho, bebo más que nunca, duermo a destiempo y deshoras, no me corto el pelo en previsión de una Gran Cresta, el viernes día 8 vuelvo al estudio de tatuajes, busco piso en el Raval (Gràcia es la ostia de caro, que quieren que les diga), la colección de libros aumenta a costa de pasarme horas primero de paseo y luego de carrera en busca de "material" (maldito yonqui de abstraerme de la realidad) con el que acontentar mi recuento neuronal y acallar mi hambre de conocimiento, mi sed oceánica (expresión usurpada a Kiko Amat) de palabras de otros, de párrafos reales con los que pensar que alguien más pasó por esta mierda, y si él (o ella) pudo salir de ahí, yo también puedo, qué coño, y estas son sólo algunas entre otras no-novedades en mi deambular cada vez más simiesco por la faz de esta bola de agua.

¡Pero! Haciendo otro alto en el camino, me paro a pensar y pienso que el cuarto de siglo me llega, que sigo siendo incapaz de parar el paso del tiempo, que cada vez tolero menos las sorpresas y que mi vida está más regida por mi soberbia que dirigida por mi circunstancia. Es decir, que no hago más que equivocarme. Que equivocarse está bien, no me linchen aún, es sólo que es un modo cabrón de aprender. A la par que efectivo, de acuerdo.

Dicho lo cual, si me ven mañana, hagánme el favor de darme el pésame, que me muero un poco más y cada vez me queda menos.Y si me ven el viernes noche en el Rodamón, pídanme un chupito. Mi reacción al tomármelo dependerá de si me encuentro en la situación A, la situación B, o de si ya me encuentro abrazado a la taza del váter, odiando mi vida sin ser del todo consciente de cómo me llamo ni de dónde me encuentro, vomitando el arroz al curry que pienso cenar (y des-cenar, porqué no). Y no, no se apunten chupitos a mi cuenta, eso no vale.

Nah, en serio, mañana será otro día, otro día más.

Miedo y Asco en Londres [3]

sábado, 16 de febrero de 2013

Por extraño que parezca, esta vez en Londres no he tenido tiempo ni ganas de hacer turismo o de investigar por la zona en búsqueda de alternativo divertimento. Me duele la cabeza ahora mismo, pero no es por el trabajo que ando haciendo aquí, que también, sino por las pintas de Kronenbourg que nos sirve la hermana gemela de Daphne Rosen en el bar del hotel. Cómo decirle que no.

No he parado quieto estas ultimas semanas, y más que me queda, atendiendo a la inquietud que me aplasta y perturba el sueño. Me despierto una media de 2 o 3 veces durante la noche, y normalmente me cuesta una hora larga recuperar un ritmo adecuado para dormir. Mi dormir normal siempre sido dormir mal, desde que recuerdo, por lo que me sorprende que me sorprenda esta dificultad para descansar de noche.

En resumidas cuentas, estoy en la sala de control de emergencias de otro hospital londinense, maravillándome de las desgracias que en un dia pueden llegar a producirse en el maldito sistema que he de solucionar. Estoy teniendo suerte, de momento todo va como la seda, y no lo tenía nada claro al llegar, por lo que me puedo ir a casa contento, al menos por lo que a la instalación respecta.

Me planteo algunas cosas, estos días, pero no estoy llegando ninguna conclusión, y tampoco me parece que vaya a arriesgar hacia ninguna dirección, siendo sincero. Me engaño yo solo imaginándome en otras realidades y otras situaciones, cuando yo mismo me ofrezco y me niego su existencia. Mi mente como vorágine creadora y destructora de ilusión, fuerza, mentira, decepción. Como decía Palahniuk: "Dos pastillas. Dos copas. Repetir."

Me alojan en una habitación con una cantidad ‘minimalista’ de muebles y decoración, y me imagino un piso decorado asi, y yo viviendo en él, y pasando página, y sobreviviendo a mis terremotos mentales, y viviendo una verdadera vida, al margen de esta manera filtrada de sentir las cosas.

Por lo que, concluyendo, nada cambia si no tratamos de que nada cambie.



PD: Escribiendo esto, una de las telefonistas de la sala me pregunta que qué ando haciendo, y qué hago solo delante de tanto ordenador, se sorprende de que sea de Barcelona, me pide que le diga algún buen sitio para alojarse, (como si yo me alojara en hoteles en la ciudad en la que vivo) le prometo decirle algunos buenos sitios donde comer. Hablamos del tiempo, de la nieve, le digo que hace 3 años nevó en Barcelona, se cree que le tomo el pelo, le digo que aquí hace gélido comparando con la temperatura barcelonesa. Se disculpa con sus compañeras por tardar en volver, me dice que luego hablamos y vuelve a lo suyo, y yo a lo mio.

Miedo y Asco en Estambul

martes, 12 de febrero de 2013

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No sé muy bien por dónde empezar.

Partiendo de la base de que ya es Febrero y no me había dado cuenta, intento clavar en ancla en este bucle temporal (que dice Juaninacka) y frenar un poco.

Me he pasado una semana en Turquía trabajando. Bueno, media semana, en realidad, la otra media he estado de turismo y de bien comer, la verdad.

Quitando los problemas en las instalaciones que hemos ido a visitar (nada interesante, les aseguro) ha sido divertido apañárnoslas en un idioma que no es el propio ni el ajeno para hacer llegar la información de una persona a otra. Como el juego de explicar una historia a una persona y esta a otra, y esta a otra, y ver qué porción de la información real se mantiene al final. Lo que les digo, hilarancia es poco.

En el viaje me acompañaba el ingeniero con el que más he llegado a discutir en la empresa, aunque es un gran tipo, verdaderamente. En todas partes nos tomaban por padre e hijo, en el hotel, en el aeropuerto, con los técnicos turcos... Estoy tan hecho al hecho de haberme criado sin mi viejo que no sentía nada al percatarme de la impresión que dábamos. A lo que se acostumbra uno.

A parte de trabajar y de dormirme en el coche cada vez que pasaban a recogernos, hemos tenido tiempo y ganas de visitar el Gran Bazar, Santa Sofía, una cantidad ingente de mezquitas, el Mar de Mármara, el Bósforo, una ínfima porción de Asia, el palacio de Topkapi i su harén (hagan lo que hagan no alquilen audioguías) y hasta la sauna del hotel.

Qué les puedo contar, no he tenido mucho tiempo libre y menos aún de escribir. Tampoco ha pasado nada de especial mención, así que no les entretengo más.


PD1: Documento gráfico de la zona.


PD2: No se lo pierdan, mañana me voy a Londres otra vez. A otro hospital. Habráse visto...

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