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¡Me voy a Alemania!

martes, 31 de agosto de 2010

Señoras y señores seguidores de mi esperpéntico viaje al que llamo existencia, me voy a Alemania unos días, que ya me tocaban unas buenas vacaciones.



A beber birra, ver monumentos y... más monumentos.

(Risa de Antonio: Jiaaaaaaaaaaaaaaaaaaa jiajiajiaaa)


¡Cuidaos mucho mientras no estoy!



Un abrazo.

Simón en el autobús L85 (1)

martes, 24 de agosto de 2010

Simón ha decidido volver en forma de pequeños muestras de sus pensamientos que iluminen un poco su día a día, su desencanto particular, su lucha diaria personal.



He aquí el primer fragmento.

Una vez más, la misma hora, el mismo autobús, la misma libreta donde
intenta ordenar su vida, sus pensamientos, sus palabras y su mala letra de
camino al trabajo.

Escribe como puede, con prisa, intentando compensar el traqueteo de los
baches y aprovechando las paradas en los semáforos y los cruces, Cada página es
un nuevo relato de las mismas neurosis de siempre, de su manera de
autodestruirse y romperse la cabeza, de llenarse de humo y alcohol con tal de
despistar la mente, con tal de llenarse de cristales rotos.

Guarda la libreta al completar otro capítulo de su testimonio de su
realidad inmediata, sin razón para seguir desgranando su personalidad y su miedo
en palabras, cuando pasó. Se paró su respiración, y con ella el tiempo, y todo a
su alrededor.

Una mujer increíble, apasionante, inimaginable, y por encima de todo
imposible subió al autobús y se sentó a su lado.
No era necesario que le hablara, ni siquiera que le dedicara una mirada.
Una ligera indicación hubiera sido suficiente para él para cumplir sus
designios, por ignominiosos que estos fueran, sin pedir explicaciones ni
motivos, solamente por cumplir sus deseos. Si una mujer así le pedía dar
muerte, Simón daría muerte. Si le pedía dar su vida, daría su vida. Sólo
quería cumplir su voluntad.

Una mujer por la que matar.

Una mujer por la que morir.

Para siempre suya. Para siempre... y nunca.

-¡Maldita sea! - dijo en voz alta.

Todo había vuelto a empezar.

Viaje

jueves, 12 de agosto de 2010

¡Mierda!



Me he pasado de Sants-Estació en el metro volviendo del curro. Iba pendiente del número de paradas que me quedaban pero al final de nada ha servido. Es la primera vez que me paso la parada. Ni siquiera cuando me quedo dormido en el metro me paso, me despierto por alguna clase de instinto innato estúpido.



Iba leyendo "Otra noche de mierda en esta puta ciudad". He bajado en Entença para volver línea 5 atrás, mientras pensaba en el título del libro. "Otra noche" se refiere a que ya ha habido más de una noche en ese plan, el cual no entraña mucho bien, atendiendo al título, y "noche" explica por sí misma muchísimo, entraña la oscuridad, la soledad, el alcohol y el desaparecer, el sentirse uno con la sombra y el dejarse la conciencia en casa. Implica desinhibición y locura, y según las coordenadas y ambientes por lo que uno se mueva, implica desastre, vidrios rotos, cortes profundos y de sangre profusos, implica convertirse brevemente en prófugos, recordar borracho párrafos de libros y llorarlos. Sentirse uno con el escritor, con la experiencia que expresa, es algo inigualable, a ciencia cierta.



Iba pensando un poco en todo, cuando al llegar andén 9 descubro que he perdido el tren que cojo cuando pierdo el tren que cojo normalmente. Interminable el viaje en tren, taken ages, como leí una vez en un móvil.



Al bajar del tren me he encontrado con el hombre que dirigía el club de ajedrez al que iba de pequeño, cuando aún me llevaba y recogía mi padre en la puerta, en aquel Volkswagen Golf Turbo rojo que siempre me gustó. Entonces no me importaba mucho perder la tarde del sábado en una habitación llena de gente a la que ni conocía ni podía ver, aunque tampoco aprendí nada de ajedrez en el año que pasé allí. Aunque sí que recuerdo la historia del hombre que ingenió el ajedrez, y sobretodo de lo que pidió a cambio. Y nunca entenderé porque se considera una de los juegos más difíciles, habiendo cosas tan harto complicadas de aprender como Dragones y Mazmorras, sin ir más lejos, el cubo de Rubik, el tetris en 3D, el tetris toroidal, los pinballs, los juegos de estrategia en tiempo real y la programación por diversión.

Dicho esto, paso a otra cosa.



Volviendo al libro, el autor-pseudoprotagonista vive una eternidad en un barco, inadaptado social, mental y personal. Vive al margen de todo y descubre, reflexionando, que tal vez vaya a estar siempre perdido. Piensa también que podría vivir siempre así, con cualquier tipo de trabajo, viajando y viendo cosas, hasta el fin de sus días, sin echar raíces en ningún sitio, tan sólo echando el ancla.



Subo la Rambla de Gavà andando porque el autobús tardará una eternidad en pasar y se plantea lluvia, y con un poco de suerte me mojaré. Llego a casa y los truenos aún tardan en llegar. Ser chamán a veces no funciona muy bien, (¡Tormenta, Tierra, Fuego, atended mi llamada!!) y menos ahora que he tenido que dejarlo entre semana para jugar al Starcraft 2, que es más tranquilo, en realidad, porque por consejo médico debo aprender a relajarme en mi tiempo libre, porque ya ha empezado a pasarme factura en el cuerpo y casi me desmayo un domingo, saliendo del coche del Luis. Tengo estrés desde que tengo memoria, tal vez antes, así que tengo que aprender a vivir con ello. Con sus consecuencias, más bien, porque el estrés y yo ya nos conocemos.




En fin, otro día pongo algo más por aquí.


Cuídense.


Suena : "3's & 7's" - The queens of the stone age

Vals con Bashir

lunes, 2 de agosto de 2010

Debo decir que acabo de ver "Vals con Bashir", hace apenas media hora y aún estoy bastante turbado.


He visto muchas películas sobre la guerra, he leído libros y cómics, he visto documentales, entrevistas, etcétera. pero con los dos últimos minutos de metraje me he tenido que levantar a vomitar.



La película es de animación, es decir, que el tema de las muertes y la sangre no es espectacularmente escabroso, pero al final, cuando entramos de lleno en los recuerdos del protagonista sobre la masacre de Sabra y Chatila, cuando descubre que él participó sin tener conciencia de ello en los asesinatos (de manera pasiva) las imágenes de las montañas de cadáveres, ruinas, vísceras y dolor en animación son reemplazadas sin previo aviso por imágenes reales.

Y además estoy leyendo "Raíces", con la carga mental que conlleva también, aunque admito que la primera parte me gustó mucho más que el resto.





En el plano personal digamos que estoy a temporadas. Dedico mi tiempo libre a leer, levear en el Wow e irme a tomar una cerveza, casi cada noche, cambiando de bar, no sea que acaben conociéndome. Reflexiono en mi trabajo sobremanera acerca de cualquier pensamiento que se me cruce por la cabeza, lo miro desde todos los ángulos posibles, lo examino, lo hago evolucionar y lo rechazo.

Me ha decepcionado un poco el camino. Al menos la parte recorrida de él. Pienso en todos aquellos diagramas de opciones y posibles estudios y bifurcaciones académicas a las que podíamos optar en la ESO, en Bachillerato, en la Universidad, en el Grado Superior... No servían de nada.

Quiero decir: tengo 22 años, trabajo de lo que se supone que me dedico y no tengo ningún objetivo a la vista. No tengo ningún rumbo, ninguna ambición, ningún deseo. Me quedo por la mañana en la cama haciendo tiempo a que suene la segunda alarma del despertador para salir a trabajar mientras pienso porqué hago lo que hago. Sueño despierto mientras espero que se reseteen las centrales antiincendios con las que trabajo y hago pruebas de funcionamiento de manera mecánica, es decir, sin prestar atención a lo que hago.

Capacidad de abstracción.

Me di cuenta de que padezco fatiga crónica, además de estrés, cosa que he ido viendo reflejado en mi cuerpo y en mi mente, puesto que en estos últimos meses he perdido muchísimo peso y me he hecho más cicatrices de las que puedo recordar, de hecho, tengo una o más de una en cada uno de los dedos de mi mano izquierda, siendo diestro. Habráse visto.




Cambiando un poco el tono, viajo a Edimburgo de manera fugaz a principios de Septiembre, aún no sé si iré solo o acompañado, pero ya tengo previsto el itinerario, a grandes rasgos.

A poder ser, iré viajando a país por mes, dado que el curro me permite hacer malabares con las vacaciones.

Y sin querer ofender a nadie, busco la manera de irme un tiempo, de recuperar energía, de tomar aire. Tengo el destino, me falta elegir la fecha y la determinación para apostarlo todo.

Prometo volver.


Suena: "Under the bridge" - Red Hot Chili Peppers

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