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Inconclusiones [5]

domingo, 30 de diciembre de 2012

Respuestas a comentarios:

 1.- Hermana! Sí, la verdad que la semana esta en Londres me ha sentado bastante bien, aunque ahora vuelva a las neuras de siempre. Lo de mandarme a un hospital mental tal vez sea una indirecta, o una señal en el camino. Pásese más por aquí!
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Tengo la cabeza embotada, y lo único que estoy haciendo bien estos días es dejar que pase el tiempo. Ni estoy leyendo, ni estoy viendo películas, ni estoy haciendo casi nada que valga la pena. ¿En qué gasto mi tiempo? Me despierto tarde, me voy a dormir tarde. Estoy de vacaciones, pero he vuelto a mí mismo. Era inevitable, y sin embargo... es decepcionante, también.

Miedo y Asco en Londres [2.4]

martes, 25 de diciembre de 2012

Respuestas a comentarios:

0.- Waiting for comments.

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Mis últimas peripecias por Londres han sido las más intensas. Saliendo del metro de Notting Hill Gate, antes de consultar el mapa para llegar a Portobello Road, me encontré un cartel tamaño DIN A4 explicando que para llegar, tan sólo tenía que girar una vez a la derecha y otra a la izquierda. Cierto, cierto, cierto.

En el mercado, tiendas y tiendas de ropa vintage, de camisetas curiosas, imanes de nevera para parar un tren y antigüedades, en las que, sintiéndolo mucho, no podría estar menos interesado. Al final del mercado, cuando éste se amplia en una plaza para dar cobijo a más tiendas, buscando un sitio donde procurarme buen café, me encontré una pintada de BANKSY. No podía creerlo, era un Banksy original, y me lo había encontrado de pura casualidad. No había pensado en buscar por Internet dónde podría encontrar algunas cosas suyas por Londres, que seguro que hay muchas páginas donde encontrar esa información, pero el hecho de habérmelo encontrado así me satisface muchísimo más.




Desando Portobello Road y me voy en metro hasta Blackfriars para visitar la Tate Modern. Cuanto más tiempo paso aquí, menos entiendo en qué gasté mi tiempo la otra vez que vine. Total, que me fui a ver arte moderno, como si yo entendiera algo del asunto. Sí es cierto que en mi visita al Guggenheim de Bilbao me maravilló la pieza "Cañón contra esquina de Anish Kapoor", aunque no es suficiente para sentar precedente, sigo evocando el recuerdo de aquella obra de arte como algo que pude verdaderamente valorar por mí mismo, algo totalmente ajeno a mí, puesto que de arte entiendo más bien poca cosa, por mucho que me esfuerce. Volviendo al museo, me apunté una serie de nombres que quiero investigar, tales como Rothko, Ewa Partum, Pedro Cabrita Reis u Oskar Fischinger y su paranoide Raumlichtkunst. Algo que me llamó poderosamente la atención fue "Lament of the Images" de Alfredo Jaar, pero aún tengo que averiguar más sobre ello. Había también cuadros de Picasso, Miró o Dia al Azzawi, con una pieza enormísima de la masacre de Sabra y Chatila, de la que ya hablé aquí cuando comenté la película "Vals con Bashir".

Una vez fuera de la Tate, me dediqué a divagar por la City, en busca de No-sé-muy-bien-qué, y me recorrí el Covent Garden de nuevo, esta vez de día, admirando el Árbol de Navidad hecho con Barriles de Jack Daniel´s (mother of god) y seguí camino, pasando por Leicester Squeare y Chinatown, una de los sitios que más aprecié en su día. Aquí encontré un piercing que ahora uso de anillo (algo que quería hacer desde hacía mucho tiempo) y la buscadísima pulsera de pinchos, algo que antes uno podía encontrar en cualquier sitio y que ahora están más buscadas que el oro. Divagando por calles llegué a la Soho Square, una placita encantadora en la que me hubiera gustado tomarme algo si el tiempo me hubiera acompañado un poco más, y de ahí al Regent Park, el último de los grandes parques de Londres que me quedaba por visitar.

Mi último día, antes de volver a casa, lo tenía reservado para recorrerme Camden Town como se merece, y tanto es así, que madrugué mucho, y llegué antes de que hubieran abierto nada, para mi incredulidad. Café, muffin y calma. Escribí en mi libreta personal otra vez, en ese rato, y tenía a la pobre abandonadísima, tanto es así que me ha durado más de un año, y es una de esas pequeñas Moleskines que tanto me gusta usar. También tengo que tener en cuenta que apenas la he llevado encima últimamente, y ha sido todo un acierto llevarla en este viaje. Ante todo, dentro de Camden, tiendas vintage. Aquí, allí en el puto más allá. Están en todas partes, las veo por todas partes, no las entiendo y las odio a rabiar, he descubierto.  Y qué les voy a contar de Camden que no sepan, comida internacional, camisetas rarísimas, tiendas goth, tiendas vintage (bah) y manualidades.



Al salir de Camden, llegando al metro, giré una calle en un impulso por ver adónde llevaría, y me vi de nuevo en el Regent Park, de día, pudiendo disfrutar de veras de las vistas. Imposible no pensar en el Phoenix Park de Dublín.

Y aquí llegaría mi odisea en el aeropuerto de Heathrow, que no fue tal, evitándome la angustia de no poder apenas volver, por la que tuve que pasar 4 años antes en Gatwick. Por lo que el viaje a casa estuvo cargado de fajitas, lectura y sueño.

"Quiero descansar de mi exterior para conectar de mi interior": esta frase que me daría pie a tanta reflexión la he oído en "La que se avecina", válgame, pero resume bastante bien esta semana. Por primer vez en meses (o años) he podido centrarme totalmente en mi presente, en las cosas que tenía delante, en lo que había que hacer, y no en el futuro difuso y difuminado que uno evoca para sí mismo y en el que soy un experto de no hacer ni caso. Esta vez ha sido...diferente. Tampoco había pasado nunca tanto tiempo solo, conmigo mismo, y lo he llevado bastante mejor de lo que pensaba antes de salir. Pensaba que me agobiaría más y que empezaría a darle vueltas otra vez a todas las cosas, pero no ha sido así en absoluto. Si que es cierto que cuando estabámos en la recta final del vuelo tuve que cerrar el libro por no poder concentrarme, pero es que estaba deseando entrar a mi cuarto y darle a esta semana el final que se merecía, durmiendo plácidamente, sin despertador acechando, en mi cama, con mis cosas, con mis historias.

Volver a volver.





[Reflexión final: Intentando desde ya Aprender a Recordar]

Miedo y asco en Londres [2.3]

viernes, 21 de diciembre de 2012

Respuestas a comentarios:

1.- Yo aún las estoy viendo día a día y sé que las voy a echar muchísimo de menos tal y como ponga un pie en Barcelona. Me gustaría venirme una laaarga temporada, un par de meses por lo menos, pero a corto plazo me voy de casa, así que mejor voy planteándome las cosas una a una, que me conozco y luego se quedan muchas de los cosas que planeo por hacer...

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Como esperaba, hay muchísima actividad en el centro de la city estos días, siendo Navidad. Ayer estuve por Piccadilly y por la zona céntrica, atravesando el Green Park y la feria de invierno del Hyde Park. Me estoy acostumbrando al black coffee de por aquí, es que no está nada mal. Volví a pasar por algunas calles que ya conocía de la otra vez que vine a Londres, y en verdad nada ha cambiado demasiado, puedo asegurar. Los parques de Londres no están apenas iluminados de noche, y lo cierto es que se agradece mucho poder descansar la vista un poco después de pasar por calles tan sobreiluminadas como Oxford o Knightsbridge. Incluso habiéndome traído (y usado) las gafas se me cansa la vista.

De todas maneras, estar solo en una ciudad tan grande hace que uno se concentre más al comunicarse con los demás, más si cabe al verme obligado a usar un idioma que no es el propio, y así las cosas los días de trabajo en el hospital se me han pasado volando. Creo que ha valido la pena lo difícil de este año, con todas las cosas que me han pasado y que aún quedan por pasar, si estando aquí puedo olvidarme de todo y descansar unos días, perderme por calles que no conozco y bromear de cualquier cosa con desconocidos, dejarme llevar, relajarme, descansar los nervios y pasar algo de frío, que nunca está de más, por mucho que diga que paso frío en cualquier época del año.

Foto de hoy: London Eye de fondo y un Necrobus en medio plano. Flípenlo.



Mañana iré a Portobello y por la tarde creo que volveré a alguno de los parques, según el tiempo que haga, y el domingo pasaré por Camden antes de ir al aeropuerto y volver a la realidad.

Voy actualizando, un abrazo.

Miedo y asco en Londres [2.2]

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Respuestas a comentarios:
0.-Como dije, el ritmo de actualizaciones está siendo frenético. Vayan comentando cuando vayan queriendo/pudiendo, según el caso.

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De veras les digo, que ahora que me he quedado solo aquí en el Norte de Europa es cuando empieza el verdadero viaje, la verdadera aventura.

A nivel trabajo la cosa avanza, hacia buen término, cabe decir, y estoy más que satisfecho con lo que ando haciendo por aquí, aunque no paremos a comer y tenga que pasar todo el día con el desayuno del hotel. No es menos cierto que los ingleses saben bien cómo debe uno desayunar, por lo que tampoco acabo siendo demasiado problema.

Lo más destacable de hoy han sido unas pruebas que hemos llevado a casa en una parte del hospital que estaba abandonada y sin terminar, con muebles a medio montar, puertas rotas, madera podrida, casquetes por todas partes y alguna que otra rata tan grande como un gato (no bromeo). Y casi más destacable que el hecho de que un hospital mental tenga toda una sección abandonada (pienso en las posibilidades dramáticas de esto y me entran escalofríos y crear una historia relacionada sobremanera) es más destacable casi, decía, que esa sección ha costado cerca de 10 millones de libras. Una auténtica fortuna pudriéndose y echándose a perder, cuando seguramente cualquier otra de las secciones del hospital agradecería una inversion del 1% o el 0.1% de esa cifra. pero, shit happens, dicen los ingleses, las cosas pasan, las cosas son así, habrá que seguir adelante, solo podemos arreglar el mundo en el bar, con una cerveza en la mano y una conversación amistosa enfrente, asi que por qué preocuparse, en realidad, pudiendo vivir en una burbuja mental, negándonos a nuestra empatía y a las voces que nos dicen que las cosas no funcionan bien.

Después del trabajo se me ha puesto a llover, así que al salir de hotel camino de más aventuras me he visto enfrascado en una vorágine de lluvia, barro y salpicaduras de autobuses, amén de una auténtica avalancha de tiendas a cada cual más inutiles, de entre las pocas que quedaban abiertas, porque no se hacen una idea cabal de lo difícil que me ha resultado encontrar un cepillo de dientes y pasta dentífrica en esta maldita parte de la city.

Lo que sí he agradecido y agradezco es el hecho de haber encontrado los fantásticos y genuinos Alka-Seltzers, en cajas de 20, con los cuales las próximas 20 resacas me parecerán una especie de masaje de shiatsu, alabado sea el Señor.

Por último señalar el hecho de que me hallo en el hall del hotel, disfrutando una pinta de Stella Artois, mientras un grupo de indios (de la India) se mira el partido del Leeds-Chelsea, entre gritos, turbantes, barbas, cervezas por doquier en su mesa y unas caras de sufrimiento tales que nadie sabría decir a ciencia cierta cuál es el equipo al que apoyan.

Por último otra vez, tan sólo añadir la foto de hoy. Durante mi paseo por Londres he llegado al Fin de la Diversion, no sé muy bien qué pensar sobre eso, excepto que sería un nombre genial para una canción de Joy Division.



Un abrazo enorme.

Miedo y asco en Londres [2.1]

martes, 18 de diciembre de 2012

Respuestas a comentarios:

0.-No he dejado tiempo a que me contesten, por favor, comenten aquí las entradas antiguas si les es menester, puesto que esta semana el ritmo de actualizaciones promete ser frenético.

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¡Good evening, todos aquellos que leen mis peripecias!

En resumen, estoy en Londres, trabajando para un hospital mental, dando support y advice acerca de la como tienen montada la instalación. Quién me iba a decir a mí que cuatro años más tarde, volvería a verme por estos lares.

El curro de momento muy bien, salvo que la cosa no se gire dramáticamente, parece que todo el tiempo que pasé en ese pasillo maldito finalmente va a tener su razón de ser y que todo esto se usa para algo en la vida real, no como todas aquellas mierdas que aprendimos en clase de Matemáticas o Tecnología, en las que nadie tenía del todo claro que nada de lo que se escribiera en la pizarra nos sirviera para algo en la vida real.

Hemos acabado temprano, hoy. Aunque parece que van a ser unos dias de actividad más o menos relajada, ya que todo parece estar bajo control aquí, y con un poco de suerte podré seguir investigando Londres como Dios manda. No me parece descabellado el plan de pasarme aquí una larga temporada y perfeccionar mi Inglés. Estoy desarrollando un montón de oído y debería trabajar más la conversación, pero de momento me salgo con la mia, explico lo que necesito, entiendo lo que me es necesario para seguir haciendo lo que se me pide y, de momento, mi jefe aún está en Londres conmigo. Mañana se va y yo me quedo solo, a expensas de lo que me pueda llegar a pasar en el West London Mental Hospital. Utilicen por favor la siguiente fotografía para colgar carteles si no reciben noticias mías durante la semana.





Les echo de menos, a todos ustedes.

A algunos más que a otros, eso también es verdad.

Un abrazo enorme.

Inconclusiones [4]

lunes, 17 de diciembre de 2012

Respuestas a comentarios:

1.-Gracias por recordármelo. Para todos aquellos que no lo sepan, la primera fiesta que haga en mi futuro piso será una fiesta funky. Prometo todos los grandes éxitos habidos y por haber, alcohol a raudales, gafas de fiesta y camisetas cromadas a modo de dress code.

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Va a días. Mis opiniones fluctúan y cambian como la marea. Más que mis opiniones, mis percepciones de mí mismo. No sé porqué tengo esta estúpida manía de dudar de las pocas cosas que debería tener claras y axiomatizadas en mi vida, pero es que siento que no hago más que perder el tiempo, derrochar emociones, darle vueltas a las viejas preguntas para sacar nuevas respuestas, cuando con respuestas antiguas había puesto los andamios de algunos pensamientos nuevos, los cuales también tendré que demoler, más adelante.

Es decir, que me monto y me desmonto y me levanto y me hundo, periódicamente.

Y me encuentro y me pierdo y me disperso y me alejo.

Puede que esa sea la manera que he encontrado de encontrarme, no dejar de buscarme y cuando creo estar terminando, empezar de nuevo, desde otro sitio. Como si montara un puzzle y poco antes de acabar lo volviera a meter en la caja y lo empezara de nuevo, una y otra vez. Siempre la misma imagen, siempre el mismo puzzle, todas las veces una vez distinta. Como si pudiera permitirme el lujo de perder el tiempo.

Tempus frangit.

El pasado forma parte de mi futuro y el presente está fuera de mi control,  cantaba Ian Curtis.



[En Londres hasta el domingo...]



 Canciones para poner los pelos de punta, volumen 13: 
Dredg - "R U O K"
(http://www.youtube.com/watch?v=KI5fLPsTgVk)

Inconclusiones [3]

sábado, 15 de diciembre de 2012

Respuestas a comentarios:

1.-Eso de fumar está por ver.

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Llegará un día, tenedlo claro, llegará un día, repito, en el que me dará un ataque de nervios y me explotará el corazón, abriéndoseme el pecho en canal y salpicándoos a todos de ideas a medio concebir y de recuerdos adulterados por el paso del tiempo, de armas punzantes y arrojadizas, de agujas y tiritas y puntos de sutura, de páginas de libros arrancadas de cualquier manera, de retratos de muchos de vosotros, en blanco y negro, en color y en sepia, de un poco de mi nada y de algo de mi todo.

Y de vísceras, obviamente.




 Canciones para poner los pelos de punta, volumen 12:

Sigur Rós - "Svefn-g-englar"

Inconclusiones [2]

lunes, 10 de diciembre de 2012

Respuestas a comentarios:

1.-Dedicado a la Señorita Fendi:
http://youtu.be/mYqRtsqQAoM

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¿A donde iré cuando haya leído todas las historias que quiero conocer? ¿Qué haré? ¿En qué gastaré mi tiempo?

Necesito movimiento, y pasar a la siguiente etapa de mi vida, dejándolo casi todo atrás, llevándome mis libros, planeando escribir los míos.

Y puede que vuelva a fumar, por calmar los nervios.

Inconclusiones [1]

domingo, 9 de diciembre de 2012

Respuestas a comentarios:

0.-No comments, no answers.

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Estoy sentado en el muro de la rambla de Viladecans solo, esperando, pensando. En realidad, la realidad es que siempre estoy pensando.

Pertenezco a aquí.

Yo soy esto, soy Baix Llobregat lo mire como lo mire.

Mi suerte es la de los que no tienen suerte, mi vida es un fracaso, me he hecho a mí mismo y a veces creo que me he fallado.

Puede que todo el mundo piense así de uno mismo en un momento u otro, sea de donde sea, pero aquí la nostalgia y la rabia tienen un color muy concreto.

La iridiscencia de la irascibilidad.

Conocemos el método de buscarnos a nosotros mismos toda la vida, engañándonos, perdiéndonos, metiéndonos por callejones sin salida pero, por nuestros cojones, sin volver nunca atrás.

Nunca ceder.

Nunca aceptar la derrota.

Estamos hechos de un material tan extraño que solo autolesionándolo se rompe.

Y así nos rompemos, porque no sabemos aceptarnos.

Seguiremos luchando contra nuestra sombra hasta el fin de los días, nosotros, que nos negamos a crecer.

Que nos negamos el crecer.

Nunca aprenderemos.

Olvidamos a aprender.

Y no queremos recordar.

Utilizamos la autodestrucción como un cincel para tratar de encontrar lo bueno que hay en nosotros.

Buscando lo más puro y auténtico de nuestro ser.

Hasta que llegamos al final del bloque de mármol, y nos vemos como en un espejo, en una especie de suicidio lento, doloroso y por un momento hasta tranquilizador.

Qué hacer si nada queda por hacer.

Hijo versus Padre [4]

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Respuestas a comentarios:

0.-No comments, no answers.

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[Escrito esta mañana, antes de los últimos acontecimientos.]

Heme aquí, en el cuarto de las ratas, como me gusta llamarlo, una vez más.

En las últimas semanas no me he podido permitir el lujo de perder un rato y actualizar mis peripecias en el blog, ni tan siquiera comentar que había releído algunos libros y estaba empezando otros, así es mi vida de frenética últimamente.

Después de unos meses de trabajo sin freno, de discusiones en extremo y de bastante mal rollo y agobio, en el trabajo las cosas se relajan. O me relajo yo en el trabajo, también me vale expresarlo así. Sigo sin saber muy bien qué esperar de esto, aparte de ir dejando pasar el tiempo, de experimentar con mi realidad y dejarme llevar por el piloto automático de la rutina camino del fin de semana.

La verdad, qué más puedo pedir.

Además, algunos encuentros sorprendentes me han animado muchísimo, y de hecho, esta clase de cosas siempre me llenan de un positivismo al que no estoy acostumbrado, pero que siempre agradezco. Así descubrí que el muy honorable Roger Waters se va de gira, una vez más, y aunque es muy probable que no pise este país, es igual de probable que me vaya de viaje, me de un paseo por ahí y además tenga la ocasión de volver a ver el espectáculo del Muro. Recomendable es quedarme increíblemente corto.

Mi afición al vino ha dejado muy atrás a mi afición a la cerveza, disfruto mucho más de este que de aquella, y además no me hace ir al servicio cada dos o tres momentos. Explico esto por si me ven con mi chupa y los piercings y no dan crédito a la copa de vino en mi mano, que suele acompañarme estos findes.

Estoy consiguiendo volver a ir a la piscina, un par de veces por semana, el tiempo que me dejan las clases de Inglés. Clases que, por cierto, no me acaban de satisfacer. A parte del hecho de que somos 10 en clase y que no hemos llegado a la página 20 del libro después de 3 meses de clases, en clase habla más el profe que nosotros. Que no lo critico de entrada, ojo, si hiciera que nuestra expresividad cobrara más peso. Él sabe hablar perfectamente inglés, y nosotros no, y creo que es ahí donde radica la cuestión de porque andamos metidos en clases nocturnas teniendo un trabajo, y creo que no le está dando a esta cuestión la importancia que debería. Pero, a fin de cuentas, quién soy yo para decir nada, soy un simple técnico, que digo en el curro. O a mí no me preguntes, que soy músico. Esa es buena también.

Quitando esta, la última vez que acudí a clases de Inglés éramos 4 en clase y el avance que demostrábamos era imparable. Fue una lástima que la empresa decidiera recortarnos algo que aprovechábamos tanto, cuando se dedica a hacer gastos increíbles en cosas que no van a ningún lado y de las que no saca ningún provecho, pero así son las cosas, y así es la historia de estos tiempos. Volviendo a lo que decía de la piscina, que me voy por las ramas, me sirve para quemar toda la energía que me sobra al final del día que, teniendo en cuenta la cantidad de azúcar que entra en mi cuerpo diariamente, me sorprende no poder hacerme 40 idas y venidas de punta a punta de la piscina. De momento voy por una media de 20 por sesión, y considerando que hacía mucho que no hacía deporte, creo que puedo considerarlo un éxito.

A parte de todo esto, que no es poco, decir que la situación en mi casa está un tanto tensa. No por algo que haya pasado si no por algo que no ha pasado, más bien. Y yo no tengo nada que ver, puedo prometer y prometo. No tensa, exactamente, si no que estamos un poco nerviosos por las consecuencias de la muerte de mi ex padre, que aún traen cola, a nivel burocrático.

Por otro lado, si me preguntáis que tal lo llevo yo pues, veamos, en realidad no me veo afectado, sinceramente, pero tiendo a negarme las partes de la realidad que no me gustan, pobre de mí, y no suelo mirar mucho en la mochila, como dice una buena amiga. Mi mochila está llena de cosas que no quiero saber ni ver, y a veces las muy hijas de puta se asoman y me saludan, y me recuerdan que tengo cosas por las que pasar, todavía. Cosas que pensar, otra vez, y cosas que superar, una y otra y otra vez.

Resumiendo, que a veces tengo bajones. Pero esto a nadie debería extrañar, a mí al que menos, ciertamente.

Qué le voy a hacer, soy humano a fin de cuentas, y hago un montón de cosas mal.

Viva hacer las cosas mal, las más de las veces.

Entrada sin título [1]

domingo, 18 de noviembre de 2012

Respuestas a comentarios:

1.-Un poco de fe, maldita sea, un poco de fe.

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Ya sé porqué me explico tan mal cuando intento explicar algo. Tengo tantas cosas en la cabeza que apenas tienen sitio, y cuando hablo intento ponerlas todas en orden a la vez. Lo intento, ¿eh? Hago increíbles esfuerzos por mejorar la calidad de mi comunicación, pero entre los detalles, mis impresiones, los comentarios, las digresiones, las rectificaciones, la historia paralelas sacadas prácticamente de universos paralelos, la gracia que me hace mi propio humor, los tragos a la cerveza que me tomo mientras explico lo que sea y las circunstancias que rodean tal explicación hacen que el interés que pueda suscitar la historia que cuento pase a ser concentración para recordar la pregunta inicial, y luego el proceso de cómo hemos llegado aquí.

No sé explicarme, doctor.

Y así paso el domingo, tratanto de explicar que no sé explicarme, ¿captan la sutileza?

La próxima vez que esté explicando algo, traten de hacer que me concentre. Y si no, disfruten del espéctaculo, que la mitad de las veces improviso sobre la marcha, y nunca cuento la misma historia dos veces, porque siempre le pongo otros matices.

Y así se crea uno un multiverso particular en un momento.


 Canciones para poner los pelos de punta, volumen 11:

Manta Ray - "Mi dios mentira"

Basura mental [11]

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Antes de nada, inauguro sección. Algo que no sé cómo es que nunca se me ocurrió hacer antes, la verdad. Que con tres años de blog me plantee esto ahora...

Respuestas a comentarios:

1.- Hermana, mi día a día no es más que una serie de claroscuros. En un borrador de una entrada aparece el término "personalidad doble" (que no múltiple) haciendo referencia a esos cambios de humor que llevo a cabo de manera incesante durante un mismo día. Prometo dejárselo leer.

2.- Ya me cansaré.
No acabo de entender de que me voy a acabar cansando, puesto que estoy cansado y hastiado de una cadena de elementos con incontables eslabones, pero agradezco el comentario. Añada más información la próxima vez, ¿quiere?

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No quiero dar la chapa sobre mi reciente y creciente espesez mental, pero últimamente estoy de lo más disperso. Mi capacidad de atención adquiere tintes ególatras y, fuera de mí, no encuentro estímulos para enfocar mi vista y dejar de pensar un momento. Estaba pensando, decía, pero ahora que me paro a pensar en qué pensaba, no soy capaz de discernir en qué.

Esto empieza a írseme de las manos pero creo que, antes de hacerme películas mentales,(¡antes, dice!) daré por hecho que esto no es más que un devastador efecto secundario del síndrome postvacacional. He estado unos días por ahí, haciendo maldades, tomando cosas malas, fumando alguna buena mierda y durmiendo a deshora, a destiempo y de mala manera.

Por otro lado... el trabajo está anclado en una situación estúpida, y lo que debería haber sido un mes de trabajo duro y pasar a otra cosa, se está convirtiendo en el trabajo de toda una temporada. Y estoy harto de quejarme, y tan harto que parece que mis críticas ya sólo hacen mella en mí. Qué poder tienen las palabras, que hasta se giran en contra de uno de tanto repetir los mismos mantras, volviendo más poderoso al enemigo al que en sus primeros días hacían frente, dejándome sin armas con las que enfrentarme a mí cotidianeidad, aparte de un silencio que casi hasta se puede tocar y una serie de increíbles habladurías y voces en mi cabeza que me impiden hacer caso a lo que me dicen.

Así que, mi determinación es la siguiente: Tratar de dar mínima importancia a lo que tengo que hacer, y tratar de descubrir qué es lo qué quiero hacer. Lean esta entrada para más información. Si deciden leerla, hagánme el favor de hacerlo un par de veces, y traten de entender que intento hacer que se identifiquen en mis dudas personales y en mis ecuaciones mentales.

Voy actualizando, vayan comentando.



Basura mental, vol 11.

Hijo versus Padre [3]

lunes, 5 de noviembre de 2012

Y así fue como, después de una burrada de entradas y de palabras dichas y por decir, me convertí en un alter ego de mi expadre. De tal palo tal astilla, se dice, y ahora mis paranoias, mis movidas mentales, como oigo por ahí, me carcomen y me destruyen. Nada que temer, nada a lo que no me haya enfrentado antes. Si algo puede destruirme, sólo soy yo mismo.

Soy hormigón armado, soy Furia, soy Destrucción.

Durante todo mi tiempo he batallado y he luchado creyendo que era por los míos y por mi bando, y en realidad estaba solo, y sólo por mí luchaba. En mi isla mental, mi catarsis llega y me oprime el pecho, el catalizador de todo es tu partida, tu última derrota. Cae, una vez más, sin descanso, sin mesura, sin piedad, la guadaña dibuja de nuevo su curso y pone fin a muchas cosas a su vez, y el monstruo que llevaba en mí tiempo dormido aparece y reaparece, me hace gritar y volverme loco algunas noches, me lleva por oscuros senderos, me lleva de nuevo por oscuros caminos.

Distingo a veces a mi monstruo haciéndome hacer destrozos y daño, sólo consiguiendo hacerme daño yo sólo, rompiéndome el cuerpo mientras mi mente se agrieta y en mi alma se reabren las viejas muescas y cicatrices cerradas.

Me reencuentro y me veo de nuevo, más viejo, más adulto, com más muebles y más pájaros en la cabeza, con una copa de vino en la mano y un libro en la otra, tratando de centrar mi atención, tratando de retomar algún inconcluso proyecto de esos que se empiezan con la mejor voluntad y acaban en el cajón de cosas por hacer, donde tanta buena voluntad yace. Decía Gengis Khan "El verdadero mérito de una obra es llevarla hasta el final", y desde el momento en el que yo mismo me tuve que exigir el pago de mis cuentas empecé a dejar de lado los finales, y me atenía a las consecuencias, por que yo era juez y parte, y tenía razón hasta cuando pensaba que no tenía razón.

Así que, en definitiva, me enseñé a tener razón y a aprender de la mejor manera que supe. Equivocáncome, aprendiendo de los errores, errando.

Mi lista de fallos es larga, tediosa y variada.

La cantidad de cosas que he hecho mal me abruma y muchas veces me supera.

Que pasa el tiempo, pero es cíclico. Que pasa la vida, y se acaba terminando. Y nos creemos inmortales, y lo somos sólo un tiempo. La historia se repite a sí misma, sobretodo lo dice la gente que no aprende. Y yo puedo haber aprendido muchas cosas en mi vida, pero siempre me costó aprender a aprender, no sé si me explico.

Vuelvo a perderme de vista. He pasado unos días de locura y esparcimiento, lo he pasado bien, pero descubro que tengo los mismos problemas de siempre. Y yo creyéndome rehabilitado y crecido.

Recuperando la adolescencia perdida, los años dejados de lado creciendo a destiempo, descontrolándome mato el tiempo.

Me canso de oírme.

Hijo versus Padre [2]

lunes, 22 de octubre de 2012

Pensamientos desordenados e inconclusos de cosas que recuerdo o creo recordar.

Reírnos de mi hermano cuando le describí el significado de ITV cuando él se reía de mí por no tener ni idea de coches ni poder entrar en la conversación que seguíais.

Tardes/Noches de domingo jugando con mi hermano al Sunset Raiders en las recreativas cercanas al apeadero, mientras mis padres y sus amigos intentaban pasar una velada tranquila. La misma cada domingo.

Pegar un chicle de melocotón en la pared de mi habitación. Sigue ahí hoy día.

Seguir las discusiones de mis padres mirando fijamente ese chicle, volviéndome loco de culpa por haberlo pegado, pensando que discutían por eso.

Pósters de camiones por toda la habitación.

Mi nombre escrito a pincel con pintura roja en una cartulina.

Una noche en la que me caí de la litera de arriba y me di con la espalda en la esquina de la mesita.

Un estuche de dibujo que encontré en casa de mis abuelos.

Peleas de escupitajos con mi hermano. Él no contaba con los efectos de la Gravedad.

Mi cicatriz del cuello.

Fotos tuyas, mis tíos y mi madre en el Aqüàtic Paradís de Sitges. Estuve allí pegándole tiros de mentira a desconocidos en una partida de Airsoft tres semanas antes de tu muerte.

La vez que nos confudieron pensando que éramos hermanos.

Las barcas que había escoradas en la arena, al lado de los columpios de debajo de uno de los puentes que llevan a la playa de Castelldefels.

Peleas contra ti en la alfombra del comedor. Cuando te daba muy fuerte te mosqueabas y dejábamos de jugar.

Que me llamaras campeón cuando me llevabas a la cama en brazos.

Volver de casa de mis abuelos nosotros dos, el mismo día que vi cómo un tren atropellaba al perro de mis abuelos.

Los dos euros que nos daba la iaia cada vez que nos íbamos.

Horas, y horas, y HORAS de ver la tele aburrido en casa de los abuelos.

Apolo, el perro de mi tía abuela.

Domingos noche, ya más mayores, en el New Park del Barnasud, la sala de recreativas. Mi hermano y yo gastábamos euro tras euro mientras te quedabas en el bar de enfrente. Siempre.

A punto de acabar nuestro fin de semana, aparcados debajo de casa, charlamos sobre todo, te pongo la mano en el hombro, me convierto yo en padre y tú en niño malcriado.

La noche que dormí en tu apartamento con un gorro puesto, porque tenía frío.

La cajita que dejaste en mi mesita de noche, que no era para mí y que no debía ver.

Discusión.

El día que me llamaste para decirme que tengo dos hermanastras.

El día que nos llamaron para decirnos que estabas en el hospital.

El día que nos llamaron para decirnos que habías muerto.

Fin.

Hijo versus Padre [1]

lunes, 15 de octubre de 2012

Nowadays, que se dice en Inglés, en estos días, en este mi idioma, mi cabeza bulle de ideas y de cosas y de formas nuevas de verlo todo.

Replanteamientos, por enésima ocasión.

Reinvención de uno mismo, una y tantas ocasiones.

Redescubrimiento, y es que nunca tendremos tiempo de hacer todo lo planeado.

La muerte de mi viejo me ha dado mucho material que analizar y organizar en mi cabeza. No en vano han sido días de actividad neuroanl frenética, adicción alcohólica bajo control y nivel de lágrimas nulo, si cabe.

Es decir, que me vi liberado de algunas de las cargas que me inflijo y que empece a verme y a pensar en mí mismo como una persona con un porvenir, con cosas qeu hacer, esperar y desear, y hacia taaanto tiempo que no me sentía así que, la verdad, nowadays tengo un humor immejorable.

Que no es que me alegre del suceso en sí, cuidado, pero dejémoslo en que algo podrido y muerto que había en mi interior ha sido amputado, sacado de sitio, y estoy llenando ese vacío con las cosas que siempre quise que hubieran en él, en la medida en que me es posible hacerlo por mi cuenta y riesgo.

Dejándome de ejercicios de estilo por un momento, la realidad es que hacía mucho tiempo que mi padre y yo tuvimos una fuerte discusión, y a raíz de eso me discutí con toda mi familia paterna. No necesito que me creáis ni voy a explicar la historia completa aquí, de hecho estoy escribiendo esto para convercerme de una vez por todas de que este es mi blog, esta es mi casa y que puedo decir lo que se me antoje. Decía, repito, que no pretendo que nadie crea que yo tuve razón el día que partí peras con todos ellos, eso es sólo una circunstancia en mi relato. A lo que voy es, finalmente, que nuestra relación estaba rota muchos años ha, y la verdad es que no me ha entristecido mucho su pérdida.

Pero es que ya le perdí mucho tiempo antes, así que no estaba nada perdiendo nada que tuviera. Por lo que mis manos seguían vacías.

Por otro lado (seguiré con este tema en próximas entradas) últimamente tengo una especie de crisis de personalidad, no acabo de identificarme en mis idas y venidas y rutinas, no me reconozco, hago cosas que no entiendo, salgo a sitios nuevos con gente a la que apenas conozco, etc. y la verdad es que me está sentando rematadamente bien. O eso creo, de momento.

Perdido, en mi mar de dudas.

Just wait a fucking minute.

sábado, 6 de octubre de 2012

Mi viejo ha muerto esta mañana, ¿sabéis?

Hacía mucho tiempo que no nos hablábamos. No fui al hospital, no iré a la misa y no lloraré su muerte.

Ahora me vuelvo a preguntar quién soy.

Reflexiones post mortem de otros en breve.

Un abrazo.

Basura mental [10]

miércoles, 3 de octubre de 2012

[Entrada escrita entre el 25 y el 27 de septiembre de 2012]

Casi lo consigo.

He estado a punto de cruzar la línea de meta, pero he trastabillado y me he caído, sintiéndome un inútil.

Dichoso bache, siempre me pilla por sorpresa, que dice el conductor del autobús al inicio de "Gritos en el pasillo."

Y es que no me lo esperaba, y la pasada semana me volví a encerrar en mi mente y mis escenas mentales, sobreexpuestas y sobredimensionadas, sacadas fuera de contexto, habitaciones oníricas, relatos inconexos de una vida presa de mi suerte caprichosa, volátil y efímera. Y mientras tanto, por enésima vez, trato de sacar lectura nueva a cosas ya vistas, pasa el tiempo y los días, y pienso que mi tiempo es finito pero actúo como si no lo fuera, como si no lo supiera, y me revuelco en tierra, antes barro, me pierdo por las calles con la mirada desenfocada, leo algo mientras pienso en otra cosa, le doy vueltas a derrotas y pérdidas que nunca asumi ni superé. Ni esperé, las más de las veces.

Si soy duro conmigo mismo, si me exijo un cierto nivel en cualquier cosa que emprendo es porque me he pasado mucho tiempo solo, me convertí en mi propio maestro, yo que aún tenía tanto que aprender. Como en Animatrix, cuando las máquinas mejoran la inteligencia artificial de la siguiente generación de máquinas. Menuda metáfora.

Siendo así, sepa el que lea que no conozco la mesura adecuada de las cosas, ni las consecuencias de mi auto influencia, ni sé hasta qué punto puedo llegar a perder y perderme en el camino que me forjo a tientas, y se me olvida que no hay vidas extra ni puntuación que valga, que hoy estoy aquí y que mañana estaré en otro lugar, que los problemas de toda la vida vuelven, con máscaras o sin ellas, que los recuerdos son marca páginas en nuestra historia, y que se puede volver a esa historia en concreto en cualquier momento, cuando quieras, e incluso a veces quieras o no quieras, y sentirte como antes, perdido antes la más vasta de las inmensidades, mientras el mundo se destruye a tu alrededor, mientras nada importa fuera de tu plano mental, y ni siquiera dentro de él. Paz metntal.

Dichoso bache, siempre me pilla por sorpresa, que dice el conductor moribundo del autobús de "Gritos en el pasillo."

A vivir se aprende viviendo, no hay otra verdad.

Basura mental, vol 10.

Basura mental [9]

martes, 18 de septiembre de 2012

Cinco minutos, antes de continuar.

Un pequeño descanso que utilizo para hacer balance de mi todo y de mis nadas, mientras repaso una vez más la lista de ambiciones y sueños y rencores que me sacan de la cama cada mañana, porque cada mañana es más difícil, y me tengo que repetir constantemente quién soy, y qué busco, y qué quiero.

Son tiempos interesantes, mirando los días que se avecinan con una ligera sonrisa y sin darle demasiada importancia al hoy, al mañana o al ayer. Al ahora es otra cosa.

A punto de acabar de sacar la basura, según parece.

Puedo convertir mis días en lo que yo quiera, sñolo con pensar en ello intensamente. Puedo hundirme hasta el fondo y cavar para sentirme aún peor, puedo elevarme y pesar que mañana será otro día, que llegaré a casa, me ducharé, comeré algo y me iré a dormir, a ver si se me pasa, o puedo hasta autodestruirme un poco más para seguir adelante.

Curioso el precio que debemos pagar para seguir de pie. Me mato un poco más para seguir con vida un poco más. Me sieto mejor cuando me siento peor. Las canciones tristes me hacen feliz. Inversamente proporcional way of life. Cotradicción, dualidad, perpetua pérdida y ganancia.

Debo escribir para el blog común. Lo sé, Rafa. Lo siento, Rafa.

Esta tarde, acabo los deberes y me pongo con eso, que te debo el ecahrte un par de cables y un par de historias.


 Basura mental, vol. 9 & Canciones para poner los pelos de punta, volumen 10:



Joy Division - "Warsaw"

Basura mental [8]

jueves, 13 de septiembre de 2012

Pasando por todos los estados mentales imaginables a la par que trato de perfeccionarme en mi arte, condensarlo todo en una serie de frases que brillen, que iluminen, que sacudan conciencias y que hagan que los muertos se revuelvan en sus tumbas.

Con el poder de hacerlo todo y con la sensación de no poder nada, de momento intento seguir aprendiendo lo que se me ponga por delante, aprendiz de todo, maestro de nada, dicen las malas lenguas.

Aprendiendo de todo, tal vez diluya mis misterios y mis fantasmas.

Aprendí con el tiempo que si me muerdo la lengua me enveneno, de ponzoña y rabia que están llenas mis palabras, las más de las veces, por lo que todo lo que está aquí dentro, en esta, mi cabeza y en todas y cada una de las palabras que conforman las entradas del blog; aprendí a fuerza de intentarlo que el objetivo de sentarme tanto rato ante el teclado no es otro que el de sanarme un tanto, de hacerme ver que soy inmune a mi veneno, que a veces yo mismo soy mi peor enemigo.

En verdad, no hay nada nuevo bajo el Sol, que decía el Rey Salomón, pero todo está hecho y todo está por hacer, le contesto.


 Basura mental, vol. 8 & Canciones para poner los pelos de punta, volumen 9:



The Melvins - "Hooch"

Moby Dick [3]

lunes, 3 de septiembre de 2012

¡Con qué valentía procuro arrancar del corazón ajeno lo que he anclado con tanta fuerza en el mío!

...Dice Ahab poco antes de acabar su viaje y de poner punto y final a una historia leviatánica y de leviatantes, cuyo volumen hace honor al ser al que hace oda y al que rinde culto y pleitesía.

Una obra que es un canto al mar, a la artesanía, a la locura, a la solemnidad de los mares y a la soledad, donde los hombres dicen conocerse a sí mismos.

"¿Es Ahab, Ahab?" nos hemos preguntado en más de una ocasión, cuando no nos reconocemos y dudamos de quiénes somos, cuando lo desconocido nos aturde mostrándose, y nos confunde revelando nuestros propios misterios, nublando a la vez vista y juicio, anulando la acción, evitando el recuerdo, condenándose de nuevo, hundiéndose en el océano que es nuestro interior, de nuevo.

Dando forma y maldición al arpón con el que alcanzamos a la Ballena Blanca -que no es para cada uno más que nuestra propia autodestrucción, que se alimenta de todo lo que encuentra a su paso- vamos pasando los días, vamos dejando pasar los días. Nos vamos encegueciendo en nuestro odio, y suplimos nuestras carencias con nuevas extremidades hechas de marfil, imperecederas, eternas, invulnerables, y aún conservando el recuerdo de nuestros errores, convertidos en hormigueo de miembros fantasmas que ya nunca podremos recuperar, seguiremos acabando con nosotros, porque somos una obra perfecta de entrada, que no puede más sino destruirse, agrietarse, quebrarse poco a poco, irremediablemente, mientras vemos pasar la vida ante nuestros ojos.


Moby Dick [2]

lunes, 27 de agosto de 2012

Sin temor a equivocarme, afirmo que es el libro más duro con el que me he encontrado. Y no porque no esté interesante, ojo, sino porque las descripciones que hace Melville son muy ricas en detalles y en reflexiones y comparaciones, hasta el punto de tal de tener que volver a empezar muchos capítulos para seguir entendiendo a qué nos enfrentamos. A qué, cómo y con qué.

Capítulo por día si el sueño, el alcohol y mis desquiciantes quehaceres me dejan la cabeza libre el suficiente rato como para embotarla otra vez.

Me queda la última tercera parte y Moby Dick apenas ha hecho aparición... lo mejor está por llegar.

Basura mental [7]

martes, 21 de agosto de 2012

Segunda parte del serial.


Ayer noche, después de las 2 am. Cojo una botella de agua fría de la nevera. Quería salir al balcón a tomar el aire y pensar un poco. Mis vecinos gitanos estaban fuera, en el patio de vecinos. A juzgar por sus voces es mediodía. No lo es. No tengo nada en contra de ellos, pero no les saludo, y esto es aplicable a la mayor parte de gente que me encuentro y que conozco. Aplicable incluso a gente con la que tengo buena relación. Veces y veces he girado una esquina que no estaba en mi ruta o he esquivado una calle o he huido, sin más, por no querer ver a alguien. Soy cobarde, la mitad de las veces, soy soberbio, la otra mitad. Como Jim Morrison, arrogante y frágil. Si no es mi día, simplemente no es mi día, y no hay nada que nadie pueda hacer por sacarme del pozo que yo mismo cavo.. Sólo dejarme tranquilo. Ya se me pasará un día de estos. Vivo encerrado en mis propias normas, en mi propio aislamiento, prisionero en mi propio mundo.

Quería salir al balcón a pensar, decía, pero preferí quedarme en el comedor, tumbarme un rato y tratar de relajarme. Mi espalda estaba dolorida de dormir en tensión los últimos (¿días, semanas, meses?) tiempos y acabé hablando conmigo mismo, aconsejándome que tratara de dejar de luchar contra el colchón, descansar no debe suponerme un esfuerzo, joder. Enumeré las cosas que debo hacer. Tuve la idea de hacer una lista. A la mierda, me dije. De las listas que he hecho a lo largo de mi vida, no se si he sido capaz de completar si quiera una. El señor M32 y yo bromeábamos sobre hacer una lista con qué hacer con las listas pendientes. Por lo que, si tengo cosas que debo hacer y están sin hacer, es porque no las quiero hacer, entonces, ¿por qué molestarse? Si estoy tratando de aflojar un poco el ritmo, que le jodan a todo. Lo haré cuando sea indispensable para seguir respirando. Esto es culpa mía y de nadie más, me veo de pequeño dando largas en el colegio para no entregar trabajos, para no tocar la flauta en clase de música, para no entregar los putos trabajos manuales que nunca supe hacer como el profesor me pedía, poniendo excusas y largas y mierdas para salir del paso, olvidarme del asunto lo más rápidamente posible y empezar a pensar en otra cosa. Claro que uno se sentía mal después; cuando las cosas no salían como uno pretendía. Cuando el pan era un éxito, encerrábamos las pruebas y tirábamos la llave. Ese evitar enfrentarme a lo que tengo delante y a lo que tengo que hacer me lleva por el camino de la amargura, en algunas cosas, y exploto cuando la presión me puede, cuando me puedo a la presión, cuando me presiono demasiado, y mira que aguanto, que soporto, que resisto, pero sé que me voy a romper si no soy yo mismo el que me tiende un puente y me echo un cable.

Estiré los brazos en la oscuridad, hacia el techo. No sabía porqué tomaba esa posición, pero me estaba relajando. El estrés de vivir un sin vivir, ahogándome en un vaso sin agua, huyendo de espejismos y corriendo en todo momento hacia ninguna parte hace que tenga la espalda perpetuamente tensa, y a veces siento pinchazos en el cuello, como si alguien me pellizcara para hacerme ver que no estoy en un sueño, que esto es de verdad.

Finalmente, después de un rato tumbado en el sofá, pensando en estas cosas y algunas otras, suelto todo el aire de mis pulmones, cojo aire de nuevo intentando serenarme y dejar la mente en blanco sólo por un segundo, y me digo que no puedo seguir así, que necesito un respiro, y puede que un abrazo.


Basura mental, vol. 7.



Horroróscopo

Años hacía que no leía mi horóscopo.

No recuerdo porqué dejé de hacerlo, pero tampoco se me ocurre una razón por la que hacerlo.

Empate por puntos.

Pregunta lícita es, después de esta barata y gratuita reflexión, por qué lo he vuelto a leer.

Descubrí una página genial, de novedades culturales y alto contenido freak, con unos artículos bastante interesantes, échenle un vistazo, anda.

 http://www.chilango.com/

Es una absoluta pena que todos los sitios que recomiendan estén en México. Los artículos valen la pena igual, ¿eh?

Lo dicho, en una de las entradas me encontré estos "horrorórcopos", y he aquí el de mi signo.

Piscis
Tu ascendente define tu depresión. Por eso te estás poniendo borracho todos los días. No hay más qué hacer. Déjate llevar. Si te toca amanecer sin pantalones en medio del parque, ¿qué diablos?, culpa a tu signo. Con lo que sí debes tener cuidado es con los bichos que están en tu cocina. Es hora de lavar los platos. Tus números de la suerte: 666. Ah, y 69.



Bonita reflexión. Aplicando en tres, dos, uno...

Frases que dice mi madre [1]

sábado, 18 de agosto de 2012

Por lo que he oído, es muy difícil cortar a un ser humano en pedazos.

Vale, un segundo.

La historia que hay detrás de esta frase es la siguiente: Sábado a mediodía, mi madre y yo estamos comiendo viendo las noticias. La policía canadiense ha sido alertada de que se han encontrado dos manos, un pie y una cabeza seccionados en el curso de un río, por lo que están trabajando con perros para tratar de encontrar el resto del cuerpo, suponiendo que esas partes sean de la misma persona. No ha trascendido si han encontrado dos manos opuestas o dos manos izquierdas (véase esto. Nota: sólo necesito que vean los 10 primeros segundos del vídeo. El resto es cosa suya.), por lo que no puedo hacer una predicción lógica.

Mi madre ha visto mucho CSI, y esto no es una broma que va a pelo a esta anécdota, esto es cierto. Como también lo es que ella pensaba que tenían poderes (poderes en CSI?) cada vez que hacían una explicación de un caso, o una herida, o una conjetura y se ampliaba el plano de la cámara hasta lo microscópico.

Poderes.

La ostia, madre.

Volviendo a la frase, mi madre recordó la explicación que da la forense en un caso donde el cadáver llevaba muerto unas 20 horas, y luego se complacía en compartir con los demás una serie de precauciones y consejos para quien se le ocurre deshacerse de un cuepo cortándolo en pedaos. Tomo nota con especial atención.

PD: Ahora, a parte de explicar cosas que me pasan, podrán deleitarse con las situaciones que me rodean y las frases extrañas de mi día a día.

Disfrútenlo.

Moby Dick [1]

sábado, 11 de agosto de 2012

En una semana suelo leerme dos o tres libros, según la semana, lo que salga yo esos días y según libro en sí, por supuesto. El hecho de saber que este libro iba a acompañarme como mínimo un par de semanas se me hace raro, acostumbrado a despedirme de los libros en pocos días.

Claro que conocía el libro, evidentemente, y hace mucho tiempo que lo tenía pendiente. Me daba un poco de respeto el enfrentarme a un libro con casi 700 páginas porque, aunque me he leído libros más grandes, hace mucho que no lo hago y, además, es un libro del siglo XIX, y la literatura de siglos pasados a veces puede atragantarse un poco. Aún tengo una cuenta pendiente con El Quijote por culpa de eso.

La primera vez que recuerdo que alguien me habló de Moby Dick fue el señor M32, para señalar el hecho de que, finalmente, encontré el libro de Solaris. Llevaba buscándolo un par de años sin éxito y al final encontré una reedición nueva, bastante cuidada y con una nueva traducción.

Con el tiempo fui observando más referencias al libro, siendo la más llamativa la del disco “Leviathan” de Mastodon, en el que todas las canciones hacen alusión directa al libro y a los pensamientos de los protagonistas.

He salido un poco esta semana, así que no sigo un ritmo marcado con este libro, pero ya casi me he leído una tercera parte. El capitán Ahab acaba de aparecer y nada se sabe aún de sus intenciones. La figura del capitán, con la poca información de la que dispongo hasta ahora, atrae muchísimo mi atención y mi curiosidad. No en vano tantos otros lectores (y escritores) se han visto fascinados por él. La dignidad de un dolor arrogante, dice Melville. Acaba de presentarlo y mira de qué manera.

¿Cómo no te va a llamar la atención?

Iré avanzando en mi relato sobre la lectura del relato a medida que vaya leyendo y pensando sobre el libro. Pero tiene pinta de que me va a dar mucho y muy buen material para reflexionar.

Les voy contando.

Basura mental [6]

viernes, 3 de agosto de 2012

Cuando empiezo a sentir cómo no controlo las cosas que murmuro es cuando sé que hace tiempo que vivo bajo demasiada presión.

El hecho de decidir hacer o no hacer algo que va contra mis impulsos me destroza los nervios. Alguien muy cercano me dijo hace tiempo que tenía que tratar de ceder más ante mis impulsos y vivir con algo más de libertad. Argumenté que no podemos seguir todos nuestros impulsos, hay algunos que debemos reprimir. ¿Cómo decidir qué impulsos reprimir? ¿Siguen siendo impulsos si han tenido que pasar una criba para decidir si son permisibles o desechables?

¿Y qué hay de los falsos impulsos? ¿Aquellas cosas que creemos que queremos hacer, que pensamos que deseamos con todas nuestras fuerzas, y que cuando llegan, la ilusión y el deseo no aparecen por ningún lado? ¿Son más nuestras ganas de tener un deseo? ¿Engañarnos a nosotros mismos con falsas metas, asumibles, pero inocuas, livianas y vacías a su vez?

¿Y por qué tantas y tantas veces mis impulsos me hacen querer hacer cosas que no debería hacer, o que no quiero hacer, o que me arrepentiré de hacer? ¿Puedo arrepentirme de un impulso si es algo que está fuera de mi control? Teniendo eso en cuenta ¿por qué no hacer cualquier cosa y luego achacarlo a impulsos?

¿Y cómo es que tengo impulsos que están en desacuerdo conmigo mismo? ¿Qué es esta mierda? ¿Cuántos estamos aquí dentro, en mi cabeza?

¿Tantos, en serio?

En definitiva, sigo queriendo dejarme llevar por mis impulsos pero no me lo permito. Mi autoexigencia es un lastre difícilmente solventable. ¿Y por qué querría yo hacer cosas que a priori no quiero hacer en realidad? ¿Qué espero de mí mismo?

A veces siento que tiran de mí en direcciones opuestas, mientras se me rompe la mente en el proceso.

He aquí la magia de estar loco.



Basura mental, vol. 6.

Basura mental [5]

martes, 31 de julio de 2012

Héme aquí, once again, en el cuarto de las ratas. Cada vez me siento más como en casa, aquí abajo. De hecho me paso más horas activas más aquí que en mi habitación. Aunque eso de activas es discutible, de acuerdo.

Cuanto más envejezco, más creo retroceder.

La mayor parte de mi desubicación mental es una especie de apatía hacia mi realidad. Me relaciono con mi inmediatez actuando en segundo plano, como si la vida fuera un videojuego y manejara a un personaje a través de un mando.

Me muevo en piloto automático, dejando campo libre a los vicios verbales que asumí tiempo ha y lejos de calcular las consecuencias me las encuentro sin aviso, como el que se topa con un muro a toda velocidad sin escapatoria ni tiempo a reaccionar.

A parte del daño y repercusión que todo eso tenga para mí, últimamente esto también está afectando a mi círculo personal, con serias consecuencias, haciendo que me plantee seriamente qué tengo en el cráneo, dónde está el engranaje que falla, qué mierda me pasa. Son tiempos de reflexión y derrota.

Cada vez me he situado más en mi propia órbita, como si los campos gravitatorios de dos planetas interfirieran entre sí, creando una órbita secreta y aleatoria, una contínua danza sin destino, perpetuo pasatiempo, pasaporte hacia ninguna parte. Estas cosas deben cambiar si quiero salir de esta de una pieza, ya que ahora me siento más como un puzzle de conflictos internos sin resolver, dudas existenciales, carencias sociales, odio contenido, violencia verbal y pánico, que no como un ser humano completo.

Lo dicho, estoy en una encrucijada mental y tengo mucho trabajo por delante. Profesional y personal.

Shadowboxin’.



Basura mental, vol. 5.

Indisciplina.

jueves, 26 de julio de 2012

Hoy no propongo una nueva entrega de basura mental, pero sí que presento una nueva canción de la compilación para poner los pelos de punta. Especial atención al chapman stick del señor Levin (el bajista).

Nota del autor: Después de un rato de pelearme con Blogger para subir el vídeo del youtube a la entrada, desisto. Encontrarán la pieza musical donde las pongo siempre, donde más molesta.



Canciones para poner los pelos de punta, volumen 8:


King Crimson - "Indiscipline"



Basura mental [4]

miércoles, 25 de julio de 2012

Uno no puede huir de su propia naturaleza, por más que se fuerce a ello. Una actidud premeditada está abocada al fracaso, en tanto que al desgaste anímico, emocional y mental. Lo difícil de la naturaleza de cada uno no es ella en sí, lo que se hace difícil es encajar con los demás. Querer encajar con los demás, poner todo el empeño en limar los bordes y las esquinas para hacer que las piezas se aúnen las unas a las otras, desdibujándonos a veces.

Pero, ¿qué hay que ansíe alguien más que agradar a los demás, para que le digan cuánto les agrada uno a ellos, para que les diga cuánto les agradan ellos a uno?

Léanlo un para de veces, no tengan prisa, estaré aquí todo el día.

[Nota del que escribe: Ojo, que no estoy en absoluto de acuerdo con lo dicho hace dos frases, aún habiéndola escrito yo mismo, pero sé que en el fondo todo es cuestión de captar la atención, evocar lealtad y amistad duradera y real. Siéntanse libres de mostrarse en desacuerdo conmigo y háganme saber su opinión de todo esto.]

La verdad es que las personas se difuminan en compañía, pero es en compañía cuando aprendemos de nosotros mismos.

¿Cuántas cosas queremos saber de los demás, en realidad? Porque no tenemos por qué aceptar todo lo que contiene otra persona; ese descubrimiento puede ser de las cosas que más nos duelan, sobretodo si la idea inicial era la contraria.

Y si habíamos creado castillos en el aire, pues más aún.

Y si habíamos empezado a pensar en tales castillos como en parte del paisaje, como algo asumido y ya elemental del conjunto, nos encontramos ante una imagen nueva, que no sabemos del todo interpretar.

Llenar el vacío que uno se encuentra ante estas situaciones me ha llevado a tratar de taparlo de las más diversas maneras, desde salir a tomarse una, o dos, o tres, a encerrarse en uno mismo, a irse de viaje a ninguna parte, a razonar con la libreta de papel, en un parque desierto, a tontear con petacas de whisky.

Ya pueden ver que no llevo muy bien salir de mi ensimismamiento, las más de las veces.



Basura mental, vol. 4.

Basura mental [3]

martes, 24 de julio de 2012

Sin previo aviso, vida contemplativa.

Y observando niños jugando a la pelota mientras me tomo un café con hielo charlando con Sandra, relaciono unas cosas y otras.

Divago mientras mantengo una conversación. La charla trata de cómo uno debe ceder ante los demás, a veces. De que todos queremos sentirnos especiales, si no serlo. De cuánto de nosotros mismos tenemos que perder para hacer feliz a alguien, de cuánto han de perder los otros para llenarnos, y de qué sirve eso luego si no hay más que el presente, en todo momento. Hablamos de un método para identificar un problema psicológico concreto y darle tratamiento. Que no terapia. Esto son más bien unas jornadas intensivas de cuidados mentales. Vacaciones.

El objetivo de tal actividad es solventar un problema en concreto centrándose en la raíz. Pero ya lo dije ayer en otro post, replico, que en situaciones bajo control la vida es como un teatro, una representación inconsciente de nuestro consciente, y que sólo cuando dejamos de representar nuestro papel aparece nuestro yo verdadero, nuestra realidad y circunstancia, nuestros titubeos y miedos. Al improvisar sobre la marcha se producen los deslices y estos conllevan a los deslizamientos de tierras a gran escala, son la fuerza del motor que nos mueve hacia lugares a los que no queremos ir.

Al centrarse en las causas de los problemas, se resuelven los conflictos internos y a la larga se corrigen, dice la teoría.

Y así las cosas, divago decía pensando en mis carencias y en las actitudes que me son incómodas o que me gustaría cambiar, y pienso en la manera que tengo que dar la patada, como digo yo, tajantemente a las personas que me fallan, o con las que se crea un conflicto grave. Me planteo la causa de eso, y puede que acción y reacción sean la misma cosa a su vez, y que rechace por tener miedo a ser rechazado, que pegue la patada con tanta fuerza para convencerme de que puedo salir airoso de esa, por mis propios medios, como creo hacer siempre. Esto no tiene porqué ser cierto ya que, a fin de cuentas, me conozco más a mí mismo por mí mismo que por los demás, y mi propia percepción podría fallarme, y ser tan diferente mi realidad y la realidad como la imagen y el reflejo de un espejo.

Muchas cosas se dan la mano en esta reflexión, como mi guadaña verbal, mi letra puntiaguda y angulosa, mi mundo mental (mi nudo mental, también), el blog, los libros, mi arrogancia y mi soberbia, mi autosuficiencia y mi autodoctrina.

Eso último no se lo digo, pero lo escribo. No quería interrumpir la charla y de todas maneras, no sé hasta qué punto nada de lo anterior tiene algún sentido fuera de mi cabeza. También le he dicho que los pensamientos, al volverse palabras, adquieren un peso, se vuelven tangibles, reales, vivos, y que estamos tan acostumbrados a dar rienda suelta a nuestra mente que a veces al usar algunas de esas ideas en el mundo de fuera, esas ideas tienen una forma y un significado totalmente diferente. Es curioso ver cómo una misma cosa es a la vez tan parecida y tan diferente a sí misma. Esquizofrenia verbal.

Dice Sandra que escriba un libro o que empiece a llevarme una grabadora cuando salgamos a tomar un café. ¿Qué libro puedo escribir yo si cada vez que me siento aquí me dedico a desgranarme y diseccionarme cual autopsia en vida? ¿Grabadoras? ¿Es que nadie se da cuenta de las cosas que digo a veces?



Basura mental, vol. 3.

Basura mental [2]

lunes, 23 de julio de 2012

Perdiendo las horas perdidas y muertas en sorbos de café de máquina, de ninguna calidad, tan sólo un placebo para dejar pasar otros pocos minutos, antes de salir por piernas de este otro infierno, intermitente una tercera parte del día, casi todos los días.

Aceptando el paso del tiempo, pasos inabarcables, pero prácticamente despreciables al fijar en ellos plena atención. El tiempo es cambiante, según la percepción, las marchas a las que funciona nuestro cerebro y nuestra verdad secreta son inescrutables, cada vida un mundo, cada día una batalla.

Esperando, siempre esperando.

Las pocas veces que he intentado conscientemente salirme con la mía, no he tenido demasiado éxito. No soy una persona demasiado impulsiva para las cosas determinantes. Es sólo cuando me hallo ante situaciones donde puedo adoptar pleno y perfecto control donde me muestro tranquilo, confiado y preparado. Por el contrario,en arenas movedizas, en terreno poco firme, aparezco en estado de alerta, de precaución, un aura de misterio rodea mis pensamientos y los esconde, mis mecanismos mentales funcionan a pleno rendimiento, tratando de calcular todas las salidas posibles, pretendiendo calcular todas las bifurcaciones, el destino de todos los caminos, las consecuencias de todas las palabras. Me creo Deep Blue contra Kasparov, según parece. Debería aplicarme el test de Turing o la escala Voight Kampff y ver qué saco en claro.

Tal vez me sorprenda.

Mi antiguamente preciada empatía se gira en antipatía anti mi mismo. Puede que en realidad siempre hubiera sido asi, y que mi facilidad de ponerme en la situacion de los demás se deba a una incapacidad de tomar decisiones.

Feel like a Hamlet, podría decirse. Que, por cierto, es el próximo libro de la lista.

A ver si aprendo algo.

¿No?



Basura mental, vol. 2.

Basura mental [1]

domingo, 22 de julio de 2012

Después de pensar tres o cuatro veces qué explicar aquí, he decidido hacer lo que hago siempre, dejar que vayan saliendo ideas y analizarlas desde ahí.

Me sigue doliendo el pulgar, para quien ya sepa de qué hablo. Ni se me hinchó la mano tanto como yo esperaba ni me ha llegado a molestar como las otras veces que me ha pasado algo así, pero la señal es inequívoca, estoy reventando por algunas partes. Como esas ollas a presión de los dibujos, que empiezan a hincharse hasta que los tornillos y los remaches saltan, destrozando ventanas y rebotando por las paredes, haciendo que cunda el pánico. Han sido y están siendo unos días duros para mí.

Mi apatía, mi extraño-estar, mi inquietud y mis neuras están más presentes que nunca. Pocas veces he tenido que lidiar conmigo mismo en un estado tan raro y tan desganado. Sin ganas de nada, echándome en cara las ganas de nada, haciendo nada, durmiendo para no hacer nada.

Y nada me ayuda.

Me encuentro de lo más apartado de mis antiguos círculos sociales, y muchas veces, yo mismo lo elegí. ¿Hasta qué punto me ayuda decir y decirme las cosas como son? ¿Porqué tengo que ver las cosas de una manera personal, única e intransferible, que parece que nadie entienda? ¿Me he aislado tanto que ya no entiendo el comportamiento social? Es cierto que me paso la mayor parte del día encerrado en mi cabeza y mis ideas, y que ahí dentro todos pensamos que tenemos razón, y que al enfrentar unas posturas con las de otros alguien tiene que salir perdiendo, pero, EH, ¿dónde acaba todo esto?

Me he replanteado, durante estos últimos días. Mi yo completo, digo. No tengo nada que echarme un cara, por mucho que me empeñe en hacerlo. Estoy bastante contento con mis contradicciones y arrogancia e inteligencia y empatía y mi a veces síndrome de Asperger. He llegado cerca de líneas que prometí no cruzar, y me he sorprendido mirando por encima de las murallas que yo mismo construí, para ver qué se cuece.

Ponerse barreras a uno mismo para luego engañarse saltándoselas. Hacerme promesas a uno mismo que nunca se cumplirán. Dead ends, cul-de-sac, la mayoría de las vidas actuales. Por suerte o por desgracia encuentro algunas respuestas en algunas de las cosas que leo, y me hacen pensar que no todo parece estar perdido o no valer una mierda, aún cuando todo parece demostrarme lo contrario. A veces encuentro un par de frases por ahí que me dicen lo que necesito oír, y no sé si serán ciertas o no, pero en ese momento son lo más necesario, lo más puro, lo más sagrado, y las tomo por válidas, y me dejo influir.

Al margen de las anteriores e inconexas ideas, también me quedan unas pocas personas cerca. Cada vez menos, cada vez mejores. Aunque creo que con palabras no sería capaz de agradecerles lo que hacen por mí en mi cotidianidad, escribo este escueto agradecimiento para que sepan que no me olvido de ellos, y que las conversaciones próximas alrededor a tazas de café serán extenuantes, sobretodo para ellos, que tendrán que escucharme. Estoy ciertamente más perdido que nunca, pero esta vez creo que poco a poco le voy perdiendo el miedo a la palabras.



Basura mental, vol. 1.

Goodbye, Jon Lord.

lunes, 16 de julio de 2012

Ostia, tío.

El primer grupo de música que escuché con auténtica atención fue ACDC. Por insólito que parezca, en aquella época le gustaban más a mi hermano que a mí, y la verdad es que a él incluso le molestaba que yo les escuchara. Era algo que él tenía en común con mi padre y, en cierto modo, me estaba entrometiendo. Yo lo sabía, pero también estaba en la etapa de la vida de hacerle la vida imposible al hermano menor, una guerra sin cuartel ni fin ni reglas.

Es posible que aquellas primeras batallas dialécticas entre mi hermano y yo cincelaran mis respuestas. De pataletas y lágrimas a gritos cada vez argumentábamos más, a medida que crecíamos. Él se desvió a Limp Bizkit, yo me decidí por Iron Maiden y Deep Purple.

Deep Purple.

Gracias a ellos escogí mi primer mote (Blackmore) en honor al guitarrista de la banda. De los diversos recuerdos que tengo a mano de aquellas últimas tardes con mi padre, destaca sobremanera el disco en directo de 1974. Un disco con 5 canciones que grabé en mi cabeza absolutamente, entero, sin dejarme ni una nota, ni un solo detalle. Me entusiasmaba escuchar aquellos laberintos musicales, aparentemente erráticosdejando volar mi imaginación con un Walkman Sony, al volumen máximo, aún debilitando mis tímpanos. Otro de los discos que recuerdo claramente era el especial grabado con la orquestra filarmónica de Londres. Mi padre me lo prestó y nunca llegué a devolvérselo. No me arrepiento. Aún hoy me pregunto qué pensaba de mí mi profesora de música, con la que nunca me llevé bien, cuando le hablé de aquel disco. Tengo manos de pianista, me decía.

Por aquel entonces llegaron los vinilos grabados a cintas de casette. En mi casa encontré una interesante colección, y hasta hace poco no he sido capaz de apreciar todo lo que se guarda en ese cajón. Me pasaba tarde y tardes escuchando y regrabando aquellas cintas, haciendo combinaciones y mezclas, quedándome dormido con los cascos puestos. Si me concentro, añun puedo escuchar el "clac" de la cinta al llegar al final. Una pena no haber disfrutado más tiempo de aquellas obras de arte en miniatura, absolutamente personales, expresando en aquellas mezclas mucho más que en varios relatos, sintiendo escuchándolas muchísimo más que con cualquier otra cosa, por mucho que ahora sea más fácil.

Y es que me hago mayor, y a medida que yo lo hago, algunas grandes personas llegan al final de sus vidas.

Jon Lord, descanse en paz. Y gracias.



Canciones para poner los pelos de punta, volumen 7:

Deep Purple - "You fool no one"



Wheels of confusion

lunes, 9 de julio de 2012

Título y tema más que apropiados para esta entrada.

Me he pasado un mes sin escribir... ¿haciendo qué? Ni yo mismo lo tengo claro, la verdad. Darle vueltas a todas las cosas, que es lo que hago siempre, perderme en pensamientos tumbado en la cama, con los pies en el cabezal, con la vista a ratos fija en el techo y a otro en los dibujos y formas que hacen las cortinas y la luz de las farolas, a través de las rendijas de las persianas, y cuando me quiero dar cuenta llevo así ya un par de horas, y al día siguiente necesitaré algún café extra para ser persona y rendir en un ambiente laboral que me creo y que a veces yo creo hostil.

Dicho esto, sigo, acomodo más ideas de mierda en frases y así las quito de mi immediatez, me desquito de esta angoixa que me atrapa últimamente, sin rumbo fijo, sin meta.

Si me paro, me ahogo, si me paro, releo y no escribo, me caigo, así que no pienso y cojo la entrada y el puto blog por los cuernos, que demasiado tiempo lleva ocioso y sin darme qué pensar, y eso me afecta en mi realidad immediata y me resta efusividad, me quita energía, me robo la vida, me pierdo en un laberinto auténtico y falso, complejidad máxima al no haber salida, y habiéndome perdido innumerables veces, lo seguiré haciendo, porque es mi sino, es mi gloria, es mi camino.

¿Eh? Buena pregunta. Divago y me relajo y me fundo a la vez, aquí, ahora y siempre. Lo mejor del mundo es dejar a un lado la procastinación y ponerse las pilas. Lo mejor del mundo es sentarse sin ducharse a escribir, porque la mugre de las manos ayudar a sacarse uno de encima la mugre mental y a esculpir otra entrada loca, cual escrita en los márgenes de una servilleta de bar de carretera, en un viaje intenso, perverso, nocturno, pleno.

Listas y listas y listas de cosas y libros y pelis y lugares que hacer, leer, ver o visitar, y ¡si supieras cuántas están escritas desde hace años, sin que parezca nunca que vayan a tacharse todos sus elementos! Siempre antepongo otros a éstos, y siempre me quedan cosas por hacer, y siempre tengo miedo de no darme tiempo a poder completarlo. La última vez que fui a por libros (H lo sabe) hubo un momento de duda, de brillo, de euforia total y alucinación instantánea, un pequeño nirvana me paró un instante y me hizo reflexionar sobre cuántas de esas fantásticas historias que quiero leer algún día se quedarán en el tintero y tendrán que esperar, a otro tiempo, otra vida, otro momento donde pueda dedicarles su merecida atención. Y si supieras, amigo, lo acertado del título de P.K.Dick "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" no te reirías ni pensarías "menuda payasada" sino que de entrada te pararías un segundo y tratarías de averiguar algún indicio del significado, alguna manera de entrever el contenido del libro en el título, y sorprenderte luego con el resultado, en contraste a la realidad.

Y apreciarías también, el misterio que condujo y conduce a Paul Auster a jugar y experimentar con el azar, y con la verdad, y con su realidad y la que él se imagina, y crear remolinos con forma de historias que te atrapan y nunca te soltarán, os convertiréis parte el uno del otro, lo quieras o no.

Y ¿Bukowski? Maldita sea, si sabes algo de él seguro que es lo típico, lo más flagrante, lo más polémico de él, y no habrás podido apreciar la capacidad de lucha y supervivencia que impregnó cada uno de sus días, y lo absolutamente ido y jodido que estaba. Tú, por si acaso, hazle caso a su epitafio, "Don't try" y sigue a lo tuyo.

¿Cómo he acabado yo aquí? Me pregunto ahora, como si me hubiera despertado en casa ajena con resaca asesina, cicatrices nuevas y manchado de sangre que no es mía.

Pues acabo así por dejarme un mes sin soltar un poco de aire.

Y la culpa es totalmente mía.



Ala, a cuidarse.



Canciones para poner los pelos de punta, volumen 6:

Black Sabbath - "Wheels of confusion"



Goodbye, Ray Bradbury.

miércoles, 6 de junio de 2012

Suponíase que esta tenía que ser la última y final entrada acerca del viaje a Egipto, pero la verdad es que no me queda mucho más que añadir, puede que alguna anécdota suelta, que elijo reservar para cuando salgan de copas conmigo, o sino siempre podría seguir dando vueltas a las ideas ya expuestas, exprimirlas hasta secarlas y tratar de hacer alguna lectura después.

El motivo de la entrada es para llorar una muerte más, en un entorno mío pero no a nivel immediato, si saben lo que quiero decir.

¡Salve, Ray Bradbury! Y muchas gracias, GRACIAS, por libros como "Fahrenheit 451" o "Crónicas Marcianas". Gracias por ese montón de páginas de escritura fantasiosa y fantástica, desesperada y a deshoras, gracias por sentarse a escribir a las 3 de la mañana si le era necesario, gracias por no sentirse muerto en ningún momento.

No tenía, y de hecho no tengo, ninguna gana de sentarme a escribir hoy. Ni hoy ni en los últimos días que han venido detrás de hoy. La verdad es que llevo unos días apagado y raro, semirecluido y leyendo, jugando al Bastion y al Limbo y escuchando música de la buena. Así que en realidad no tengo motivo alguno por el que quejarme, y por una vez, de nada me quejo.

Además, estoy escribiendo, qué más quieren.

Como decía Bukowski, "—Ocurre simplemente que un hombre no puede escribir ocho horas al día. Ni siquiera puede escribir todos los días, ni todas las semanas. Agota su mente, es una desesperación fija. Ahora no puedo hacer otra cosa que esperar."

Y aquí me tienen, rebuscando citas en una libreta escrita a mano y escuchando a David Bowie, no tengo muy claro porqué, pero la verdad es que me gusta cómo suena lo que hace el hombre este.

Para terminar, para no hastiarles con las últimas mierdas autosaboteadoras de mi vida, les dejo con una cita de Bradbury, la que más me ha dado y me da pensar cada vez que me paro un poco, una de esas frases que me desmontan y hace que me desmonte y me analice, y trate de reconstruirme de nuevo, fracasando lamentablemente en el intento, consiguiendo hacerlo sólo en mi imaginación, pensando en mí mismo como en alguien con unas circunstancias absolutamente diferentes, cuando en la realidad lo que hago es zambullirme más y más en la nada que llena mis días.

"Desde hace mucho tiempo sentía que algo se preparaba en mi interior, y yo andaba por ahí haciendo una cosa y sintiendo otra"




RIP

Miedo y Asco en Egipto [1.2]

jueves, 31 de mayo de 2012

Señor Z y servidor fuéronse a Egipto una serie de días a pasar calor y malos tragos, a aprender a negociar y a madrugar más que en días laborales, puesto que son gente de viajar y ávidos de ver cosas, con apetito de novedades. Habiendo hecho mi análisis en la entrada anterior, no queda más que contarles acerca del viaje en sí, el cual les recomiendo encarecidamente, si desean partirse el cráneo pensando luego, entre otros.

Cosas que han ustedes de saber:

En el Cairo, la ciudad de las mil mezquitas, escucharán la llamada al rezo musulmán cada ciertas horas, siendo la mas esperpéntica las 4 y media de la mañana. Si se hospedan varios días en el mismo hotel, descubrirán que poco a poco empiezan a aprenderse las escalas con las que los imanes entonan los cánticos. Si se hospedan más tiempo puede que empiecen a preguntarse hacia dónde queda la Meca. ¿He dicho ya que hacen el llamamiento por megáfono? Pues eso.

Regatear es placer de algunos, lo crean o no. Servidor consiguió rebajar el precio una estatuilla 17 veces la cantidad inicial que se pedía, y señor Z consiguió varios hitos en la historia del comercio egipcio, tales como conseguir una cantidad ingente de pulseras por el precio de un cafe con leche, así más o menos. Por otro lado, el señor Z tuvo que explicar, muy amablemente, que una tarjeta de memoria no es "especial" porque lo diga el vendedor, sino porque lo dice el blíster, después de que nos intentaran colar una súpertarjeta de memoria de 2gb "especial". Como ven ñ el señor Z se sentía en el business, montado en el dólar, dejándose llevar por su capitalismo incipiente (:P).

El mercado de Khan El-Khalili es una mentira como no se pueden ustedes imaginar. No bromeo. Mercachifles, los llamaba Z. A parte de que usan nombres "gancho" (Le llaman a uno por nombres como Puri, o Javivi o similares. El primero que se gire es español, a por él, muchachos), todo lo que venden lo puede usted encontrar en su tienda de chinos favorita, en su estanco habitual (para el tabaco se shisha) o en el mercado municipal semanal de Gavà. Sí, el de los martes. Si hombre, el de los gitanos. La leyenda de su magnifica artesanía es reducida a cenizas cuando uno es vapuleado e increpado por todos los vendedores con los que tenga la paciencia de cruzarse, ademas de la mentira a nivel de materiales usados en la manufacturación de souvenires. (dinero honrado versus dinero sucio, que dicen los musulmanes).

Ya no hay cocodrilos en el Nilo, al menos a partir del Lago Nasser. No obstante, pueden tomarse una instantánea con tal reptil en el Poblado Nubio. Recomiéndoles la visita porque se tomarán un té negro koshari de los de verdad.

La policía, antes corrupta hasta ennegrecer la médula, ahora son corderillos que tienen miedo al lobo en el que se ha convertido el pueblo. No cuenten con ellos para gran cosa aparte de verles dormidos en sus casetas, verles fumando a todas horas en todos lugares, y por favor, no se estén de valorar la manera de aguantar el cargador adicional de balas que todos ellos tienen, está sujetado al resto del rifle con gomas de pollo. Y esto es tan cierto como que sale el Sol por la mañana. Ah sí, también pueden contar con ellos para que les piden Baksheesh.

Baksheesh. Según la Wikipedia, y cito textualmente, Baksheesh es un término utilizado para referirse al acto de dar caridad, a cierto tipo de corrupción policial, y a los sobornos en medio oriente y el sudeste de Asia. Muy amistosos, estos. Muy amigos de lo ajeno. Recuerden que siempre les parecerá poco, les den lo que les den, así que como recomendación personal, lleven monedas de euro a mano (no muchas), y dénle algunas al conductor del taxi si es majo y les explica cosas, al guía si es que creen que se lo merece (ya se llevan una buena comisión) y absténgase de llevar billetes. Los muy pesados de los vendedores les pedirán cambio a billetes de euro (el banco no acepta monedas, por lo que sus propinas en forma de moneda de euro es más una desgracia que una bendición, pero así les devuelven algo del hastiamiento que les producirán esos pesados) pero ahí está usted para decirles que no lleva encima. Digo que no debe llevar muchas monedas encima porque ha usted de pensar que será un peso extra en sus bolsillos, que tintinearán y llamarán la atención de cuantos vendedores ambulantes de chorras haya por la zona. Cuales zombies hambrientos de cerebro. Y usted será un blanco fácil.

Continuará.

Miedo y Asco en Egipto [1.1]

domingo, 27 de mayo de 2012

Miedo. Asco. Egipto.

En serio.

Llegando en el avión, lo que mas sorprende es encontrarse como las pirámides recortan el cielo y confunden las escalas. Las distancias aquí son muchísimo mas grandes de que pudiera parecer en primer término, el Cairo tiene su propio sistema de medida de longitudes, según parece. Toda la ciudad parece una enorme maqueta monocroma, arena por doquier.

Salir del aeropuerto y pegarse con la ola de calor que es lo habitual aquí ha sido uno. Viaje al hotel con el guía, mientras examina nuestros conocimientos de lo que vamos a ver, nos pone en situación a nivel político y social, nos examina de nuevo de todo esto, y solo cuando esta satisfecho con nuestra notas, nos deja acabar de instalarnos.

1 euro = 7,6 libras egipcias.

La ciudad esta increíblemente llena de deshechos, desperdicios, suciedad y malos olores, arena, charcos, barro, mierda, gatos, peste, gente, locos que cruzan la calle atestada de un furioso, ruidoso e imprevisible trafico que se compone de furgonetas alemanas de la segunda guerra mundial, ahora taxis colectivos, autobuses, taxis con neones y luces de colores, motos con amplificadores y música brutalmente estridente, bla bla bla.

Por otro lado, al final del día uno aquí ya me he quemé la cara.

Al margen de explicar la majestuosidad de los templos y pirámides, del Nilo y del Desierto, mis impresiones acerca del país son chocantes y contradictorias.

¿Qué puedo decir de un país en cuya capital vive la mitad de la población total de españa? Joder, hay un barrio llamado "la ciudad de los muertos", un cementerio de 1200 años de antigüedad en el que vive gente. Lo explicaré. En los años 50 y 60, según el guía, los alrededores del Cairo fueron bombardeados, imagino que como consecuencia de los derechos de explotación del canal de Suez, muy de moda en aquella época, y los pobres viandantes tuvieron que refugiarse dentro de la ciudad. Al no haber espacio para todos, algún iluminado decidió alquilar su panteón familiar en pos de que estos desgraciados tuvieran un techo sobre sus cabezas, siempre y cuando lo dejen libre el dia de todos los santos. ¿Qué les parece? Los pelos como escarpias, ¿eh? Pues eso que ustedes no estuvieron allí.

Callejones llenos de basura, deshechos, cabras (!), gatos, etc. Prendiéndole fuego a cientos de bolsas en cualquier sitio donde estas se dejen caer, no hay recogida de basuras, ni parecen necesitarla. La salubridad no está a la orden del día en una ciudad donde aun hoy pueden verse tanques y militares, AK47 y haimas en la plaza Tahrir, con el edificio que fuera la sede del partido de Mubarak aún manchado de hollín de fondo, con los esqueletos de los chasis de los coches que ardieron en la Revolución de los Jazmines, la llamada Primavera Árabe. Espeluznante es quedarse corto con creces.

Anécdotas tenemos algunas, pero ciertamente, son lo de menos. Mi mente aún intenta digerir las imágenes tomadas por allí, y regular de nuevo mi sueño, y librarse de "la venganza del faraón".



Continuará.

In some minutes [6, 7, 8, 9, 10.]

viernes, 25 de mayo de 2012

[Este fin de semana les informo del último viaje que he llevado a cabo, aguarden, se caerán de culo.]

Estoy tan acostumbrado a hablar entre líneas que ahora sólo hablo para no decir nada, para esconder los mensajes que verdadera y desesperadamente intento enviar. Una vez, no recuerdo quién, sinceramente, me llamó contenido. Recuerdo haberme enfadado mucho.

Mierda.

La auténtica verdad es que me doy pánico. La cosa mas difícil que yo creo que alguien puede hacer en vida es aceptarse a uno mismo, ser feliz consigo mismo, entenderse. Tiendo a reafirmarme ante los demás y ante mis propios ojos momento tras momento porque tengo miedo de perderme, de perder de vista las pocas cosas claras que tengo de mí mismo, los pocos elementos que he conseguido vislumbrar de mi personalidad en todo mi tiempo. Me tengo que volver a descubrir, volver a conocer. Continuamente tengo que volver a afianzar los cimientos que me forman, me dan forma, ver qué me falta y salir a buscarlo, hasta que vuelva a pararme, y a plantearme, y empezar. No sé si es que me fuerzo a ser quién soy -si me esfuerzo en ser quien soy-, si me dedico a navegar en mi rutina adonde sea que esta me lleve o si ya he decidido dedicarme a improvisar sobre la marcha y ver qué pasa, mi vida convertida en un eterno experimento, una obra de arte en perfecto cambio, movimiento, evolución, una performance abocada al fracaso.

Un obcecado Carpe Diem.

El contenido de un contenido. El significado del significante.

Estoy obsesionado con que cada uno sólo puede conocerse a través de los demás, y puede que sea cierto, y también puede que simplemente esté desesperado y loco de buscarme en mi interior, de navegar a oscuras por una cueva en la que no se cuela nada de luz. Enfermo de perderme, yo que tengo un sentido de la orientación extremo -nunca me hartaré de decirlo- en mi vida real a la par que en mi pleno, lleno, hundido y anegado mundo interior, donde me ahogo, me pierdo, me caigo, me enfermo y me daño.

Y si no me mojo apenas, si parece que, en realidad, nunca llego a arriesgar del todo, es porque tengo miedo de mis decisiones, y prefiero que otros muevan ficha primero para yo actuar en consecuencia, contraatacar, siempre a posteriori, siempre después, siempre tarde, casi siempre mal.

Tengo miedo de vivir -de sentir- plenamente y -sin ir más lejos- ponerme a llorar en el vagón del tren escuchando una canción que me entristece, por miedo a perder el control.

De ahí salir, beber, el rollo de siempre, ¿no?

Si pierdo el control porque quiero perder el control, ¿puedo seguir hablando de perder el control? ¿O debería decir rechazar el control?

En uno de sus últimos poemas que escribió, Bukowski habla de un "pájaro azul" al que liberaba de tanto en tanto, al que deja salir y jugar y cantar, pero sólo cuando nadie les vea, cuando nadie lo sepa, cuando sea en extremo su secreto, y de nadie más. Es sumamente importante esa soledad, porque está expresando que tiene reparos a mostrar partes de sí mismo al mundo, que quiere mantener su intimidad, que quiere estar solo consigo mismo. Que aún tiene partes de sí mismo que aceptar. El pájaro como símbolo de sí mismo, de la más absoluta esencia de Bukowski, en concreto del fuero interno dentro de su fuero interno -el interior dentro del interior, el significado del significado-, de liberar su fuego y arder las demás cosas, lo que está en su exterior.

Ahora y siempre, las cosas son ínfimamente diferentes. Me sigo buscando y perdiendo en mi interior, sigo tomando las curvas equivocadas, los caminos incorrectos, las decisiones erróneas.

Lo cual tiene perfecto sentido con el extraño avance que tiene mi vida.

Viva hacer las cosas mal, que dije una vez.



[...]

Inner space.

martes, 15 de mayo de 2012

Mi sensación, al margen de mi realidad, es que voy justo de tiempo.

Con prisa, sin coger aire apenas, sin freno, sin alto, volviéndome loco, taquicardíaco atropellándose mientras todas las palabras que me rondan por dentro intentan convertirse en contenido del blog a la vez. Mientras escribo, a la vez repaso mentalmente la maleta para el viaje. ¿Lo llevo todo? ¿Me hace falta todo lo que llevo? ¿Usaré la puta cámara analógica a la que sólo le quedan carretes de blanco y negro? ¿Libreta de anillas o Moleskine? ¿Me llevo el Quijote o El Club de la Lucha?

Dios mío, si pusiera tanto ahínco para tantas otras cosas.

Un problema grave que me asalta últimamente es la dificultad de centrarme y concentrarme en una y solo una tarea a la vez. Trabajo mejor bajo presión, con una larga lista de cosas pendientes, por ridículo que parezca. Mi motivación parece ser la dificultad intrínseca de llevar a cabo todas las tareas más o menos simultáneamente, y no el hecho de terminarlas, porque parece que, con eso, se acaba la diversión.

Espontaneidad, teclear y gastar las letras y volar sentado en mi silla, viajando mentalmente en el tiempo, anclado por un momento en el más puro y perfecto de los presentes, ese que dura lo suficiente para congelarlo, escribirlo, describirlo, detallarlo, tallarlo, hacerlo mío, encerrarlo en esta entrada y brindarlo a mi ferviente público como ofrenda a un Dios severo y a la vez comprensivo, que acepta mis fallos, mi falta de "focus", mis paseos mentales por ninguna parte, mis idas y venidas al infierno -con sus puertas batientes- y que alza y realza y ensalza mis pocas virtudes, mis pocos momentos de brillo y sinceridad conmigo mismo, sobretodo aquí dentro, encerrado en mí mismo en un espacio fuera de mí (I'm on the outside looking inside).

Descubriéndome, levantándome el ala del sombrero a mí mismo, me guiño un ojo, me deseo buen viaje, me doy una palmadita en la espalda y cierro la puerta, por fuera.



Canciones para poner los pelos de punta, volumen 5:

Foo Fighters - "Skin and bones"



[Entrada dedicada a mi hermanísima, que está desaparecida de mi vida y la echo mucho de menos. ¡Un beso enorme!]

El Palacio de la Luna, página 26.

jueves, 10 de mayo de 2012

El Palacio de la Luna, Paul Auster, extracto de la página 26.

"Pero la verdad era que yo no tenía el menor deseo de adaptarme. Si mis compañeros me colocaban la etiqueta de bicho raro, ése era su problema. Yo era el intelectual sublime, el futuro genio arisco y obstinado, el rebelde inconformista que se mantiene apartado de la manada [...].

Era una grotesca amalgama de timidez y arrogancia, y alternaba largos e incómodos silencios con furiosos ataques de verborrea. Cuando me daba la vena, pasaba noches enteras en los bares, fumando y bebiendo como si quisiera matarme [...].

Los dieciocho años es una edad terrible, y aunque yo iba por ahí convencido de que en cierto modo era más maduro que mis compañeros de clase, la verdad era que únicamente había encontrado una manera diferente de ser joven."


The Fucking Master, una vez más.



Canciones para poner los pelos de punta, volumen 4:

Soft Machine - "Moon in June"

In a minute [5]

martes, 1 de mayo de 2012

Distintas habitaciones o celdas emmarcan mi actividad diaria, o inactividad habitual, según se mire, según donde me encuentre.

Mi actual localización en el trabajo tiene mote nuevo: "el cuarto de las ratas". De pequeño, a casi todos nos han vendido la moto amenazándonos con que nos iban a castigar llevándonos al cuarto de las ratas, y nosotros nunca preguntábamos de qué iba la cosa por miedo a las posibles respuestas. En mi caso, el que podría haber sido el cuarto de las ratas era el lavadero, donde lo único que tenemos es la lavadora y las cosas de la limpieza y tal, y aunque no haya visto una rata en mi casa en mi vida y aunque sea esta una habitacion en la que entra mucha luz, siempre me ha dado un poco de reparo, sobretodo porque solo se puede abrir desde fuera. No en balde una vez encerré a mi madre un rato ahí (No más de dos minutos, y luego abrí la puerta entre carcajadas). La cosa es que, una vez que tuvimos perro, dicha habitación quedó para él, por lo que ahora pasaba a ser "el cuarto del perro", sin connotación negativa alguna. Y así moría la leyenda de dicho cuarto en mi casa.

Todo esto viene, a parte del nuevo nombre de la sala de sirenas, a que estaba esta mañana en el autobús para Castelldefels, cuando se ha subido una madre con dos chicos pequeños, y después de instarles a que se agarraran a algo para no caerse, uno de ellos ha pulsado el botón de la rampa para las sillas de ruedas. En la siguiente parada, el conductor se ha girado a ver qué estaba pasando, ya que no veía silla alguna, y la madre se ha tenido que disculpar, a gritos, por el comportamiento del hijo, recriminándole, a su vez, que si volvía a hacer eso, el conductor le encerraría en el cuarto de las ratas.

Así que ya veis, el nacimiento de una leyenda ante mis ojos.

Y otra reflexión, el niño que se porta bien para que no le encierren allí versus yo que me encierro voluntariamente allí.

Y lo bien que me lo paso.



Canciones para poner los pelos de punta, volumen 3:

Mastodon - "Colony of Birchmen"

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