Powered By Blogger

Hijo versus Padre [3]

lunes, 5 de noviembre de 2012

Y así fue como, después de una burrada de entradas y de palabras dichas y por decir, me convertí en un alter ego de mi expadre. De tal palo tal astilla, se dice, y ahora mis paranoias, mis movidas mentales, como oigo por ahí, me carcomen y me destruyen. Nada que temer, nada a lo que no me haya enfrentado antes. Si algo puede destruirme, sólo soy yo mismo.

Soy hormigón armado, soy Furia, soy Destrucción.

Durante todo mi tiempo he batallado y he luchado creyendo que era por los míos y por mi bando, y en realidad estaba solo, y sólo por mí luchaba. En mi isla mental, mi catarsis llega y me oprime el pecho, el catalizador de todo es tu partida, tu última derrota. Cae, una vez más, sin descanso, sin mesura, sin piedad, la guadaña dibuja de nuevo su curso y pone fin a muchas cosas a su vez, y el monstruo que llevaba en mí tiempo dormido aparece y reaparece, me hace gritar y volverme loco algunas noches, me lleva por oscuros senderos, me lleva de nuevo por oscuros caminos.

Distingo a veces a mi monstruo haciéndome hacer destrozos y daño, sólo consiguiendo hacerme daño yo sólo, rompiéndome el cuerpo mientras mi mente se agrieta y en mi alma se reabren las viejas muescas y cicatrices cerradas.

Me reencuentro y me veo de nuevo, más viejo, más adulto, com más muebles y más pájaros en la cabeza, con una copa de vino en la mano y un libro en la otra, tratando de centrar mi atención, tratando de retomar algún inconcluso proyecto de esos que se empiezan con la mejor voluntad y acaban en el cajón de cosas por hacer, donde tanta buena voluntad yace. Decía Gengis Khan "El verdadero mérito de una obra es llevarla hasta el final", y desde el momento en el que yo mismo me tuve que exigir el pago de mis cuentas empecé a dejar de lado los finales, y me atenía a las consecuencias, por que yo era juez y parte, y tenía razón hasta cuando pensaba que no tenía razón.

Así que, en definitiva, me enseñé a tener razón y a aprender de la mejor manera que supe. Equivocáncome, aprendiendo de los errores, errando.

Mi lista de fallos es larga, tediosa y variada.

La cantidad de cosas que he hecho mal me abruma y muchas veces me supera.

Que pasa el tiempo, pero es cíclico. Que pasa la vida, y se acaba terminando. Y nos creemos inmortales, y lo somos sólo un tiempo. La historia se repite a sí misma, sobretodo lo dice la gente que no aprende. Y yo puedo haber aprendido muchas cosas en mi vida, pero siempre me costó aprender a aprender, no sé si me explico.

Vuelvo a perderme de vista. He pasado unos días de locura y esparcimiento, lo he pasado bien, pero descubro que tengo los mismos problemas de siempre. Y yo creyéndome rehabilitado y crecido.

Recuperando la adolescencia perdida, los años dejados de lado creciendo a destiempo, descontrolándome mato el tiempo.

Me canso de oírme.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

oh hermano¡¡ fascinantes claroscuros

Anónimo dijo...

ya te cansaras :)

Seguidores

Creative Commons