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Miedo y Asco en Holanda [1.2]

miércoles, 22 de junio de 2011

Todo el día en Eindhoven con Montse, una compañera del curro, de la planta holandesa. Vive aquí desde hace 22 años y nos ha acompañado por la ciudad contándonos un montón de cosas y respondiendo a todas nuestras preguntas con paciencia. A remarcar en este preciso momento que a) acabo de ducharme; b) me estoy tomando un té (Engelse Melange tea blend, Melange, como en Dune); c) me estoy comiendo unas galletas con miel con las que se te puede ir la olla; y d) mañana madrugo y estoy cansado.
A parte de cosas curiosas de este país, hemos estado hablando de muchas otras cosas, desde la clasificación educacional del país, donde con 12 años te examinan para analizar tus capacidades y mandarte camino del andamio o camino de la Universidad, donde se cobran impuestos hasta por hacer horas extra, (unbelievable!) y también hemos estado hablando de las amistades, que es donde quería llegar.
Comparábamos la vida social de Holanda con España, y opinábamos que en España la cosa está mejor, la gente es de otra pasta, que se dice. Pero Montse nos dice que ella tiene amistad (llámale amistad, relación, contacto, cariño, etc.) con tres o cuatro personas o matrimonios, y que conoce gente en España que se encuentra en similar situación.
No me preguntaré cómo es posible que la gente se abandone tanto la una a la otra y que tantos seres extraordinarios desaparezcan de nuestra cotidianeidad porque es una pregunta sin respuesta (y no hay respuesta más honesta, calcula esta resta- dice Lírico), simplemente es para lamentarse, aunque no es menos verdad que yo también he dejado de lado a mucha gente, mucha más de la que me hubiera gustado, pero ¿qué es la vida sino cambio? Como en el libro de "La naranja mecánica" de Anthony Burguess, la evolución es el verdadero cambio, no como en la película, que cierra con ese último giro argumental fuerte y llamativo. De ahí que Kubrick y Burguess no acabaran muy colegas. Bueno, que me subo a la parra, pues eso, es inevitable que las cosas difieran de nuestros deseos, de lo que pensamos y queremos, de lo que pensamos y creemos, y también es inevitable no poder controlar las situaciones que nos acompañan ni las gentes que se cruzan en nuestro camino (Soy yo y mi circunstancia- Ortega y Gasset VS No creo en circunstancias, creo oportunidades- Bruce Lee).
Es en verdad una lástima no tener tiempo de poder vivirlo todo.
También lo es tener que dejar de lado algunas cosas o personas para atender a otras.
Y es triste echar a Personas (con mayúsculas) de nuestro camino.
Aunque a veces sea lo mejor. O pensemos que así sea. Never sure.


(No sé cómo he acabado redactando esto, una cosa me ha llevado a la otra. En fin, mañana seguiré.)

Un abrazo.

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