Suerte asesina. Sin comentarios xD
Alea jacta est.
"Los libros que leía, la música que escuchaba me aseguraban que había otros hombres en el mundo como yo." -Henry Miller.
Suerte asesina. Sin comentarios xD
Alea jacta est.
Publicado por Frank B. Parkinson en 0:09 0 comentarios
Tenía mucho que contar cuando he llegado aquí hoy.
Ya no.
"¿Y ahora qué pasa, eh?"- Se dice en "La naranja mecánica" para presentar un nuevo capítulo de la historia.
Ya he tenido bastante.
Estoy harto, hastiado, cansado y lleno de veneno.
Lo siento, me he fallado a mí mismo, no puedo más, una vez más.
Qué mierda de año.
"El fuego que no quema" - Dani Ro.
Publicado por Frank B. Parkinson en 23:15 1 comentarios
Etiquetas: Diario
"¿Dónde coño...?"
19:03
Estoy dirección a Castelldefels, a mitad de camino, ya. Normalmente, al plegar del curro vuelvo en tren y luego engancho de nuevo el L85 hasta casa, pero venía tan obcecado pensando que me he subido en un autobús sin mirar el número.
Bajo en cualquier parada y camino. Habitúo a salir por estas calles de noche, en busca de cerveza a más o menos buen precio, y se me hace raro estar por aquí a estas horas, más aún cuando tengo que volver a coger un tren de vuelta, y un autobús, y llegar al fin al hogar.
Sólo me había pasado esto una vez, hace mucho, fue de camino al trabajo, y por falta de sueño. Esta vez ha sido por falta de sueño, de estabilidad, de concentración, de conciencia y de atención. Paseando pienso en cuántos años hacía que no venía por según qué calles de esta ciudad, pienso en la familia que estaba conmigo por estos lares, pienso en que alguno no está, y eso me inunda de tristeza.
Llegaré tarde a casa, pero otra vez, sin nada que hacer. Lo importante no es llegar sino, sino el camino en sí. (Miramos atrás y supimos que nadie volvería a vernos más)
Me ha dicho el Parko, a todo esto, que está a punto de explotar. Tengo que llamarle urgentemente y echarme una birra con él, a ver qué me cuenta.
Greetings.
"Even though" - Norah Jones
Publicado por Frank B. Parkinson en 23:05 0 comentarios
Etiquetas: Historietas, Simón
Cosas a tener en cuenta de la acampada piloto:
Madrugar un sábado, sol, gafas de sol, dolor de cabeza, mochilas, comida a raudales, termo con café, tienda de campaña sin suelo, tierra, petacas de whisky vacías, llenas, mediollenas, mediovacías, vacías, y llenas otra vez, whisky con agua, cubatas con agua, no encontrar el càmping, encontrar un segundo càmping, perder de vista el segundo càmping, dar la vuelta por media vilanova y una rotonda de Sant Pere de Ribes y volver al càmping número dos, llegar y elegir parcela, montar la tienda, montar las linternas, montar el camping-gas, hacerse un ramen y abrir el Jim Beam, rociar al gusto, comer al gusto, acabar a gusto y volver a empezar con esto, platos de arroz, galletas con sal o con chocolate, siestas de 2 horas, canciones de The Doors y música jazz por todas partes, 2 metros hasta el techo de la tienda de campaña, paseo por la tarde, noche de bingo y torneo de póker, partidas de futbolín, investigar la zona, visitar los columpios, reírnos de todo el mundo, recordar Gran Torino, visitar un montón de veces el supermercado, cenar raviolis a las 6 de la tarde, partidas de póker, contemplar con impotencia cómo se morían las dos linternas y nos dejaban a oscuras, conseguir velas y cerillas y solucionarnos una vez más la vida, más whisky, más risas, más historias, más comentarios y espacio del que quepa en este blog.
Una noche durmiendo cambiando y cambiando de lado, temor por el fuego, que me pongan una grabación que grita "Por la Horda" y que en sueños responda, madrugar un domingo, hacer raviolis y más ramen de almuerzo, no conseguir cerrar la tienda de campaña, confundirnos y mandarla a la mierda, salir del camping, pagar gasolina, poner gasolina, llegar a casa y ahí no acaba la cosa, visitar youtube y buscar cómo doblar la tienda.
Conseguirlo y escribir esto.
Luis, tío, de lujo.
Enorme, chico, enorme.
Publicado por Frank B. Parkinson en 22:27 1 comentarios
J salió de la cama a mediodía. En realidad llevaba rato despierto, pero una resaca infernal y una pereza máxima se apoderaron de él durante gran parte del día.
Fue al baño y echó una meada. De golpe le entraron arcadas, pero no tenía ganas de vomitar, sabía que si lo hacía le dolería muchísimo más la cabeza y se sentiría mucho más enfermo. Se tomó un Ibuprofeno con un poco de agua y volvió a la cama.
Intentó no pensar en lo mal que se encontraba comtemplando la habitación, maravillándose del desorden que una noche de alcohol pueden llegar a proporcionar.
En un momento dado, su vista se posó sobre dos marcos de fotos. Estaban tumbados de manera que sólo se viera el reverso, colocados uno sobre otro. No le hacía falta mirar las fotografías para recordar las imágenes que contenían, eran más bien un símbolo de abandono al contenido de dichas fotografías, su exmujer y su hijo. La razón por la que las fotografías siguieran ahí sigue siendo un misterio para J, si bien su contacto con ellos es nulo, y en los últimos años no ha pensado mucho en ellos, quizá solamente cuando su vista tropezaba con las fotografías tumbadas, testimonio éstas de que alguna vez fue alguien respetable, incluso puede que feliz.
¿Feliz? Sí, hacía mucho tiempo que J no se sentía así. Ya no le importaba, había tirado dos vidas a la basura, la suya y la de su hijo, aunque con un poco de suerte su hijo sería capaz de aprender por sí mismo todas esas cosas que enseñan los padres, como a afeitarse, a beberse la primera cerveza, a fumar, a pelearse, a encajar un puñetazo. J tampoco tuvo mucha relación con su padre, y la familia nunca fue algo que le importara demasiado. Cuando su hijo vino al mundo debió cambiar esa concepción del mundo y cesar en su lucha contra todos y todos, hubo de dejar de ponerse en el camino del paso del tiempo, AVANZAR.
Pero lo que hizo fue convertirse en lo que más odiaba: se convirtió en un reflejo de su padre.
Ahora que pensaba en ello, y aunque su hijo nunca fuera a saberlo, su hijo y él serían muy parecidos durante años, pensaba J, ambos tendrían que aprender a APRENDER por sí mismos, luchar, perder, aceptar las derrotas, salir adelante. Aunque al final sólo fuera por y para uno mismo.
Su hijo.
Llegaría a estar orgulloso de él, si algún día viera la clase de hombre que se convertiría con el tiempo. No tenía duda de ello, al fin y al cabo, era su hijo.
Alcanzó a recoger la petaca que tenía en la mesita de noche y la alzó, mirando las fotos tumbadas, desde lejos, con una mezcla de fascinación, orgullo y respeto.
Se tomó el trago y notó el fuego de la bebida en su garganta, sintió cómo su motor interno intentaba asimilar el líquido y por último se decidió a levantarse, sabiendo que tendría que vomitar el trago, el ibuprofeno y la poca agua que se había tomado para suavizar la resaca.
"Un día más es un día menos", se dijo J mientras se abrazaba a la taza del cuarto de baño, el único clavo ardiendo al que sus manos podrían aferrarse jamás.
"Sun-Earth Rock"- Sun Ra
Publicado por Frank B. Parkinson en 20:33 1 comentarios
Etiquetas: Relatos
¿Recuerdas esa sensación que te llena de miedo y fuego cuando crees que esa persona se acerca, que está a la vuelta de la próxima esquina de tu camino, esa sensación que es el síntoma de que en cualquier momento puede cernirse sobre ti una crisis nerviosa?
¿Sabes de esa inseguridad y esa confusión, esa indecisión e incomodidad que hacen que por mucho que vigiles tu camino nunca estés seguro de qué te puede llegar a pasar?
¿Tienes en mente esa agitación, ese sudor frío, esos pelos de punta, esos nervios destrozados, ese temblor de pulso, ese móvil que se cae al suelo de pura desconcentración?
Vale, pues esa sensación ha muerto.
"Come Home" - Placebo
Publicado por Frank B. Parkinson en 16:14 0 comentarios
Etiquetas: Cosas que se oyen por ahí
Noto cómo se me va la olla.
Cada día más. Cada día me soporto menos. La línea que me separa de la locura es cada vez más delgada. Soy inestable, soy perecedero, soy mortal.
Caigo en la cuenta, tarde, de que esta situación es absolutamente insostenible.
Este amalgama de situaciones, más bien.
La soledad es una compañera celosa que se cuida de tener enemistades.
Enésima recaída a mi vertedero particular.
Y la petaca vacía. Y muchas otras cosas intangibles vacías y rotas con el tiempo.
Caen encima los años. Reconstruyo las últimos decisiones importantes que tomé, investigo cuán ha evolucionado (o no) mi raciocinio y me estudio.
Me convierto en psicólogo, confesor, amigo y verdugo, nunca de mí mismo.
Me encierro en la más perfecta de las cárceles y dejo pasar la condena, a ver si salgo de aquí.
Lo peor de todo: La próxima es mi parada. Otro día a trabajar.
Un día más es un día menos, curiosa dualidad.
Suena: "Insane" - Texas
Publicado por Frank B. Parkinson en 19:12 0 comentarios
Etiquetas: Historietas, Simón
Tu amiga se va, te quedas sola. Te dice que está segura de que sabrás llegar a Hospitalet sin problemas, aún cuando no sabe que bus tienes que coger. Está convencida de que te espabilarás.
Tú no me preguntas, yo no te respondo. Me miras con una extraña mezcla de asombro y desprecio. No sabes qué hacer, estás perdida, estamos tú y yo en la parada del bus. Te lo pongo fácil, guardo el MP3. Más fácil, cierro y guardo el libro. Te miro mientras piensas que no quieres tener que preguntarme, tu orgullo te puede.
Tú me miras de reojo, intentando llamar mi atención, como si no fuera a darme cuenta. No quieres que te ayude porque temes haberte equivocado al juzgarme.
Antes de subirme al autobús te digo que, por si te interesa, tu bus es el L85, que con ese llegarás seguro a Hospitalet, lo sé porque lo cojo cada día, y que ya nos veremos.
No te da tiempo a responder y ya me he ido, y mientras el bus se aleja de la parada veo cómo te quedas descompuesta, sintiéndote una verdadera estúpida.
Publicado por Frank B. Parkinson en 12:33 2 comentarios
Etiquetas: Historietas, Simón
Domingo de finde largo.
El viernes me dormí en el bar y el sábado no salí de concierto, al final, no fui capaz de subir al tren de la cantidad de gente que había. De todas formas he de decir que ha sido un finde de lo más entretenido. Siguen pasándome cosas que no entiendo, pero las tomo como parte de mi rutina, no puede hacer nada por evitarlas.
Otra semana empieza mañana, con los ojos puestos en el miércoles, día de huelga, más que nada porque me he tenido que pedir fiesta para que no me descuenten la parte proporcional de cobro, que bastante poco cobro como para perder parte del sueldo en tonterías , además, siguen quedándome suficientes días de vacaciones para gastar en viajes.
No estoy intentando escribir sobre nada en particular, me apetecía sentarme un rato a pensar, porque desde que me he puesto a jugar al Starcraft2 apenas gasto mi tiempo libre en algo que no sea eso o salir de birras, cosa que últimamente me está consumiendo.
Si consigo superar mi falta de ganas, la semana que viene empezaré a cumplir uno de los objetivos más importantes de los que me he marcado en el último año, pero no digo nada aún que me conozco y luego me dará palo.
Estoy con una desgana increíble, no hay nada que me apetezca hacer. Tal vez conocer gente nueva, pero a sabiendas de que todo vuelve a acabar siempre de la misma manera, tarde o temprano, el tiempo pone a cada uno en su lugar, y no hay prácticamente nadie en quien confiar.
Ya no intento entender nada de lo que me rodea, estoy más que harto.
De regalo, una de las mejores fotos del viaje a Alemania, porque yo lo ordeno.
Cuidaos mucho.
Publicado por Frank B. Parkinson en 20:13 0 comentarios
Etiquetas: Diario
Lo primero es lo primero y es pedir disculpas por no actualizar cuando debía, es decir, hace más de una semana.
Hace una semana que se acabaron mis vacaciones y el trabajo se me hace mucho más aburrido de lo que ya es de por sí. Pero, en fin. centrémonos en lo que nos ocupa.
4 días en Alemania para sorprendernos, Luis y yo, del silencio casi soviético en los autobuses, del hecho de que el metro sea gratis, de un idioma dificilísimo, una gente bastante amigable, mujeres por doquier, desayunos continentales, luces rojas en el cuarto de baño, cerveza floja y a patadas, Jack Daniel's en lata mezclado con ginebra, Fanta de mandarina, partidas de póquer y predicciones del futuro, subirse a una barca y remar en Palmengarten, rodeado de patos, hablar con italianos, alemanes y americanas y hacerse entender, subir a un rascacielos y ver toda la ciudad, conejos en los parques y rubias por todas partes.
Resumen a marchas forzadas del viaje, lástima no poder mostrar fotos, pero ya sabéis que odio el facebook.
A los dos días de volver tenía que embarcarme de nuevo dirección Edimburgo, pero mi mala estrella quiso que mi vuelo fuera cancelado, luego de 5 horas de espera y un cabreo mayúsculo. Llegué a mi casa a las 2 de la mañana y dejé que se me fuera la cabeza: Busqué un albergue y un transporte y me fui a Bilbao. Yo solo, yo loco.
Debo decir que para haberme ido solo, a una ciudad nueva, un día y medio y sin más información que la guía que me compré el día anterior, debo decir, repito, que ha sido uno de los mejores viajes que he hecho nunca.
Imaginadme con las pintas que llevo usualmente, en la cafetería del museo Guggenhein, con una copa de vino y un plato de pintxos mirando por la ventana la ría de Bilbao y el parque. Quién me ha visto y quién me ve hoy día. He hablado con mucha gente, he hecho muchísimas fotos, cosas muy rara en mí, he bebido muchas cañas, he andado sobremanera, y mil cosas más.
La verdad es que he tenido un verano fantástico, entre el Rock In Rio en Madrid, Alemania y Bilbao. Ya estoy como loco buscando el siguiente viaje. A poder ser solo también.
Gente, cuidaos muchísimo, prometo no tardar en volver.
Señoras y señores seguidores de mi esperpéntico viaje al que llamo existencia, me voy a Alemania unos días, que ya me tocaban unas buenas vacaciones.
A beber birra, ver monumentos y... más monumentos.
Publicado por Frank B. Parkinson en 21:24 1 comentarios
Etiquetas: Viajes
Simón ha decidido volver en forma de pequeños muestras de sus pensamientos que iluminen un poco su día a día, su desencanto particular, su lucha diaria personal.
He aquí el primer fragmento.
Una vez más, la misma hora, el mismo autobús, la misma libreta donde
intenta ordenar su vida, sus pensamientos, sus palabras y su mala letra de
camino al trabajo.
Escribe como puede, con prisa, intentando compensar el traqueteo de los
baches y aprovechando las paradas en los semáforos y los cruces, Cada página es
un nuevo relato de las mismas neurosis de siempre, de su manera de
autodestruirse y romperse la cabeza, de llenarse de humo y alcohol con tal de
despistar la mente, con tal de llenarse de cristales rotos.
Guarda la libreta al completar otro capítulo de su testimonio de su
realidad inmediata, sin razón para seguir desgranando su personalidad y su miedo
en palabras, cuando pasó. Se paró su respiración, y con ella el tiempo, y todo a
su alrededor.
Una mujer increíble, apasionante, inimaginable, y por encima de todo
imposible subió al autobús y se sentó a su lado.
No era necesario que le hablara, ni siquiera que le dedicara una mirada.
Una ligera indicación hubiera sido suficiente para él para cumplir sus
designios, por ignominiosos que estos fueran, sin pedir explicaciones ni
motivos, solamente por cumplir sus deseos. Si una mujer así le pedía dar
muerte, Simón daría muerte. Si le pedía dar su vida, daría su vida. Sólo
quería cumplir su voluntad.
Una mujer por la que matar.
Una mujer por la que morir.
Para siempre suya. Para siempre... y nunca.
-¡Maldita sea! - dijo en voz alta.
Todo había vuelto a empezar.
Publicado por Frank B. Parkinson en 19:32 0 comentarios
Etiquetas: Historietas, Simón
¡Mierda!
Me he pasado de Sants-Estació en el metro volviendo del curro. Iba pendiente del número de paradas que me quedaban pero al final de nada ha servido. Es la primera vez que me paso la parada. Ni siquiera cuando me quedo dormido en el metro me paso, me despierto por alguna clase de instinto innato estúpido.
Iba leyendo "Otra noche de mierda en esta puta ciudad". He bajado en Entença para volver línea 5 atrás, mientras pensaba en el título del libro. "Otra noche" se refiere a que ya ha habido más de una noche en ese plan, el cual no entraña mucho bien, atendiendo al título, y "noche" explica por sí misma muchísimo, entraña la oscuridad, la soledad, el alcohol y el desaparecer, el sentirse uno con la sombra y el dejarse la conciencia en casa. Implica desinhibición y locura, y según las coordenadas y ambientes por lo que uno se mueva, implica desastre, vidrios rotos, cortes profundos y de sangre profusos, implica convertirse brevemente en prófugos, recordar borracho párrafos de libros y llorarlos. Sentirse uno con el escritor, con la experiencia que expresa, es algo inigualable, a ciencia cierta.
Iba pensando un poco en todo, cuando al llegar andén 9 descubro que he perdido el tren que cojo cuando pierdo el tren que cojo normalmente. Interminable el viaje en tren, taken ages, como leí una vez en un móvil.
Al bajar del tren me he encontrado con el hombre que dirigía el club de ajedrez al que iba de pequeño, cuando aún me llevaba y recogía mi padre en la puerta, en aquel Volkswagen Golf Turbo rojo que siempre me gustó. Entonces no me importaba mucho perder la tarde del sábado en una habitación llena de gente a la que ni conocía ni podía ver, aunque tampoco aprendí nada de ajedrez en el año que pasé allí. Aunque sí que recuerdo la historia del hombre que ingenió el ajedrez, y sobretodo de lo que pidió a cambio. Y nunca entenderé porque se considera una de los juegos más difíciles, habiendo cosas tan harto complicadas de aprender como Dragones y Mazmorras, sin ir más lejos, el cubo de Rubik, el tetris en 3D, el tetris toroidal, los pinballs, los juegos de estrategia en tiempo real y la programación por diversión.
Dicho esto, paso a otra cosa.
Volviendo al libro, el autor-pseudoprotagonista vive una eternidad en un barco, inadaptado social, mental y personal. Vive al margen de todo y descubre, reflexionando, que tal vez vaya a estar siempre perdido. Piensa también que podría vivir siempre así, con cualquier tipo de trabajo, viajando y viendo cosas, hasta el fin de sus días, sin echar raíces en ningún sitio, tan sólo echando el ancla.
Subo la Rambla de Gavà andando porque el autobús tardará una eternidad en pasar y se plantea lluvia, y con un poco de suerte me mojaré. Llego a casa y los truenos aún tardan en llegar. Ser chamán a veces no funciona muy bien, (¡Tormenta, Tierra, Fuego, atended mi llamada!!) y menos ahora que he tenido que dejarlo entre semana para jugar al Starcraft 2, que es más tranquilo, en realidad, porque por consejo médico debo aprender a relajarme en mi tiempo libre, porque ya ha empezado a pasarme factura en el cuerpo y casi me desmayo un domingo, saliendo del coche del Luis. Tengo estrés desde que tengo memoria, tal vez antes, así que tengo que aprender a vivir con ello. Con sus consecuencias, más bien, porque el estrés y yo ya nos conocemos.
En fin, otro día pongo algo más por aquí.
Cuídense.
Suena : "3's & 7's" - The queens of the stone age
Publicado por Frank B. Parkinson en 20:08 1 comentarios
Etiquetas: Viajes
Debo decir que acabo de ver "Vals con Bashir", hace apenas media hora y aún estoy bastante turbado.
He visto muchas películas sobre la guerra, he leído libros y cómics, he visto documentales, entrevistas, etcétera. pero con los dos últimos minutos de metraje me he tenido que levantar a vomitar.
La película es de animación, es decir, que el tema de las muertes y la sangre no es espectacularmente escabroso, pero al final, cuando entramos de lleno en los recuerdos del protagonista sobre la masacre de Sabra y Chatila, cuando descubre que él participó sin tener conciencia de ello en los asesinatos (de manera pasiva) las imágenes de las montañas de cadáveres, ruinas, vísceras y dolor en animación son reemplazadas sin previo aviso por imágenes reales.
Y además estoy leyendo "Raíces", con la carga mental que conlleva también, aunque admito que la primera parte me gustó mucho más que el resto.
En el plano personal digamos que estoy a temporadas. Dedico mi tiempo libre a leer, levear en el Wow e irme a tomar una cerveza, casi cada noche, cambiando de bar, no sea que acaben conociéndome. Reflexiono en mi trabajo sobremanera acerca de cualquier pensamiento que se me cruce por la cabeza, lo miro desde todos los ángulos posibles, lo examino, lo hago evolucionar y lo rechazo.
Me ha decepcionado un poco el camino. Al menos la parte recorrida de él. Pienso en todos aquellos diagramas de opciones y posibles estudios y bifurcaciones académicas a las que podíamos optar en la ESO, en Bachillerato, en la Universidad, en el Grado Superior... No servían de nada.
Quiero decir: tengo 22 años, trabajo de lo que se supone que me dedico y no tengo ningún objetivo a la vista. No tengo ningún rumbo, ninguna ambición, ningún deseo. Me quedo por la mañana en la cama haciendo tiempo a que suene la segunda alarma del despertador para salir a trabajar mientras pienso porqué hago lo que hago. Sueño despierto mientras espero que se reseteen las centrales antiincendios con las que trabajo y hago pruebas de funcionamiento de manera mecánica, es decir, sin prestar atención a lo que hago.
Capacidad de abstracción.
Me di cuenta de que padezco fatiga crónica, además de estrés, cosa que he ido viendo reflejado en mi cuerpo y en mi mente, puesto que en estos últimos meses he perdido muchísimo peso y me he hecho más cicatrices de las que puedo recordar, de hecho, tengo una o más de una en cada uno de los dedos de mi mano izquierda, siendo diestro. Habráse visto.
Cambiando un poco el tono, viajo a Edimburgo de manera fugaz a principios de Septiembre, aún no sé si iré solo o acompañado, pero ya tengo previsto el itinerario, a grandes rasgos.
A poder ser, iré viajando a país por mes, dado que el curro me permite hacer malabares con las vacaciones.
Y sin querer ofender a nadie, busco la manera de irme un tiempo, de recuperar energía, de tomar aire. Tengo el destino, me falta elegir la fecha y la determinación para apostarlo todo.
Prometo volver.
Suena: "Under the bridge" - Red Hot Chili Peppers
Publicado por Frank B. Parkinson en 23:08 1 comentarios
En mi empresa, mylearning es una herramienta que, a parte de servir para perder el tiempo, sirve para aprender alguna que otra cosa, como que hay gente de mi empresa que decidió pegarse un tiro no sin antes llevarse por delante a varios de sus compañeros. Tomo nota.
On the other hand, mylearning puede ser aprender sobre uno mismo, cosa que nunca está de más. ¿Qué he aprendido de mí mismo en estos últimos tiempos? Que los tatuajes ya no me duelen más que para curarlos, que puedo dormir sin dormir, entre otras cosas. Por no decir que descubrí una habilidad más que preocupante de aguantar y usar un vaso de cerveza de un volumen equivalente al de 2 latas tan sólo con el dedo pulgar y corazón. Además puedo usar ambos dedos como ejes sobre los que dejar girar el vaso y permitirme beber, todo con una mano.
Descubrí eso en una noche calurosa de verano. Estoy de conciertos, solo, se me ha acabado la batería del móvil, mis colegas están por ahí y no tengo manera de contactar con ellos, aunque en un momento de lucidez he conseguido memorizar uno de sus teléfonos, por si las moscas. Gracias profesores de Matemáticas y Mnemotecnia. Incluso borracho perdido recuerdo cómo recordar. Habráse visto.
Mi empresa, a todo esto, me ha dado una prima por mi "fantástica labor y dedicación a uno de los mayores proyectos de la firma, que revolucionará el mercado, etc, etc, etc." Menos mal que odio mi trabajo y sólo hago lo que hago por el dinero.
Convertíme en mi peor enemigo.
Nitroglicerina.
Suena: "Jaio.Musika.Hil" - Berri Txarrak
Publicado por Frank B. Parkinson en 23:53 1 comentarios
He ido a comer con unos amigos, volveré a la noche. Tienes un bote de
Vicodina para el dolor de la pierna. Intenta no abusar de ellas, ya conoces al
Dr.House. Tenemos que hablar muy seriamente de tus salidas nocturnas y de tus
"amiguitos"firmado, tu compañero de piso.
PD: Eres un imbécil, te rompiste la pierna al llegar, intentando coger la
botella de Jack Daniel's de encima del armario sin usar una silla se te cayó
encima el armario entero. Eres un flipao.
Publicado por Frank B. Parkinson en 16:41 0 comentarios
Etiquetas: Simón
Hoy ha sido un día un tanto raro.
He cogido muy bien el tren y el autobús, con lo que estaba en casa bastante temprano para lo que suelo llegar, hacia las 7 de la tarde. Hace tiempo que no voy a la piscina, y hoy no tenía nada mejor que hacer, así que me he preparado los bártulos y estaba a punto de salir cuando he oído un vecino esperando al ascensor.
Mirando por la mirilla he esperado a que él bajara porque me gusta mucho más bajar solo y no hablar con los vecinos. (Y este es de los que mejor me caen, incluso ve One Piece a sus 40 años...) En fin, al llegar a la calle y dirigirme a la piscina me lo he encontrado que se metía en el coche y se ha ofrecido a llevarme. No he sabido decirle que no y me ha llevado a la piscina nueva. (en Gavà hay dos piscinas, la vieja, que está al lado de mi casa y la nueva, que está en la otra punta del pueblo).
Me sabía mal decirle que adónde me estaba llevando, que la piscina no estaba allí y tal, pero suponía que me llevaba a la piscina nueva y lo he dejado estar. Además en esa tiene hidromasaje y la última vez que estuve en uno fue el día siguiente a cortarme las rastas.
Sí, hasta aquí la historia es un petardo, pero es que la miga está en que creo que he visto a mi viejo en la piscina. No lo tengo muy claro y de hecho no creo que fuera él, pero después de tanto tiempo no sé si sabría reconocerle. 8 años. Se dice pronto, ahora que me paro a pensarlo.
He hecho y me ha pasado de todo en este montón de años. Él igual, supongo.
Parece mentira cómo he podido llegar a cambiar en este tiempo, y a la vez cuánto me parezco a él, todavía. Físicamente hablando.
En realidad, de toda la gente que conocía hace 8 años a hoy no me quedan muchos, por no decir casi ninguno. El único que sigue aquí soy yo...
No quiero ni pararme a pensar en sus caras, en sus nombres, en cómo les conocí, en cómo dejé de hacerlo, en porqué salimos recíprocamente de nuestras vidas ni en la influencia que pudiéramos representar unos a otros.
Me ha dado un vuelco el corazón al ver o pretender ver a mi viejo en la piscina. No sabría exactamente en qué sentido, supongo que lo primero que he sentido ha sido una gran aprensión. Luego no podía dejar de pensar en si era o no era él.
Era verano aquella tarde. Me acuerdo perfectamente. Es más, debe estar cerca el aniversario de este evento sin interés -Anniversary of an uninteresting event de Deftones- y el curso escolar estaba recién terminado. Estuve en Montserrat esa mañana... Qué montón de recuerdos inútiles me brinda este estúpido día. Día nublado, por otra parte. Me discutí con todo Dios y más. Tal vez desde ese día me gusta gritar cuando me emborracho. Creo que desde ese día empecé a emborracharme, aún hoy día, sabiendo que mi tolerancia al alcohol es nula y que me pasaré el día entero en la cama después de una noche de beber en el bar. Tal vez ese día empecé a considerarme un autodidacta, y tal vez hoy piense que tenía que aprender a aprender antes de poder enseñarme nada. Tal vez por eso aprendiera tan tarde y tan mal las cosas de la vida. Tal vez por eso "parko". Tal vez por eso todo, tal vez por eso nada.
Ya nadie me llama por mi nombre de pila. Sólo mi madre, mi hermano y los del curro. Renuncié a mi identidad. Me creé a mí mismo. Tal vez todo sea culpa mía. Tal vez nada lo sea.
No estoy mal, quiero decir, escribiendo esto no me estoy rallando ni estoy pasándolo mal, simplemente le he dado unas vueltas al tema y creo que este blog me permite expresarme como yo quiero, algo que últimamente no consigo hacer en mis círculos sociales. Este es un círculo social dónde sólo estoy yo y un par de comentarios por mes, lo cual está bien.
Sigo leyendo Bukowski y he empezado a escribir las mejores frases de los libros que leo para colgarlos por la habitación. Intento forjarme una vida, intento salir de aquí.
Ánimo.
"Hurt" -Johnny Cash
Publicado por Frank B. Parkinson en 20:42 1 comentarios
Etiquetas: Diario
Estaba comprobando la posibilidad de meterme en alguna carrera de la Universidad, y como no me meta en Filología Inglesa no sé dónde acabaré, porque Periodismo es más que exigente con la nota de corte, las Ingenierías ya me defraudaron en su día y casi todos los demás estudios ofertados me dan pánico o sueño.
Además mi titulación me repugna. Para afirmar esto tengo en cuenta varios factores, como son:
Así que atentos, profesores de la ESO, Bachillerato, Universidad, padres, familiares, amigos, tenderos, vecinos, metomentodos, marujas de medio pelo, intelectuales, sin papeles, currantes, vagos, sin techo, maleantes, drogadictos y demás gentes que aconsejaron y aconsejan hoy día a los chavales para que se pongan a estudiar, atención porque sólo lo diré una vez: Teníais razón. Todos vosotros, con muy dispares puntos de vista de la vida, todos teníais razón. Me jode haber encontrado cosas que llaman mi atención a nivel académico tan tarde, teniendo ya nota de Bachillerato y de Selectividad, teniendo un curro que me esclaviza y una serie de dificultades (Léase Boloña) a la hora de tomarme un tiempo y sacarme una carrera.
Pero buscaré el modo. Tiene que haber una manera de volver a la Universidad y hacer alguna locura, sacarse un título nuevo, empezar de cero, volver al principio, reescribir los años que aún están por llegar.
No puedo permitirme pasarme en este estúpido y repetitivo trabajo de mierda ni un minuto más de mi vida, aunque para hacerlo necesite dinero para pagarme la carrera (al menos en parte) y que para ello tenga que currar; estando como está la cosa, esto sólo tiene un significado, es decir: que para dejar mi trabajo debo seguir en él.
Siempre me gustaron las paradojas; acaban de dejar de gustarme.
Y es que ya pasa, que muchas de las cosas que nos gustan pasan al otro bando cuando las protagonizamos.
De todas maneras nunca dejarán de gustarme las historias tristes de antihéroes, perdedores, borrachos, drogadictos, gafes, gente con mala o muy mala suerte y estrella, gente con petacas de Whiskey en el bolsillo interior de la chaqueta para evadirse y volver a (o quedarse en) su rico (o muerto) mundo interior. Estoy describiendo los puntos en común de un montón de personalidades y no es fácil. Y es que hay gente que vive porque no sabría qué hacer si dejara de hacerlo. Bonito planteamiento ignorante y estúpido.
Volviendo a la idea anterior, probablemente me gustan esa clase de historias porque empecé a protagonizarlas antes de conocer otros tipos de ellas, así que probablemente las historias tristes formen un pilar básico de mi vida. Otro argumento a favor de este tipo de historias es que no sé qué otro tipo podría gustarme si no fueran las de esta percha, porque hay historias para no dormir porque hacen pensar por el escozor mental que provocan, porque dejan marca, porque duelen y llegan adentro, y hay historias que se repiten una y otra vez. Un ejemplo sencillo:
Típico poli novato (gomina, traje, serio, un tipo hecho de plástico recién salido del blíster) destinado a una comisaría en la que el policía veterano al que asignarán como compañero resulta ser el hazmerreír de todos y además está cerca de la jubilación (habitúa a ser mayoritariamente afroamericano) resulta seguir, sorprendentemente, la única pista correcta, la que todo el mundo había descartado por inverosímil. Pues resulta que estos dos tipejos que se llevan a patadas durante un par de días se hacen inseparables y acaban resolviendo el caso después de varias persecuciones y explosiones y disparos, y con un poco de suerte el poli veterano saldrá herido y muerto, lo que nos enseña que las generaciones que estaban aquí antes de la nuestra están fuera de lugar, y el enfrentamiento del poli novato y el malo malísimo (con el que el protagonista se identifica tímidamente) demuestra que nuestra generación está condenada a destruirse a sí misma por su propia ambición. Si el poli veterano no muere, por cierto, ambos protagonistas entran en un vínculo padre-hijo del que nunca podrán salir, aunque esto ya se intuía durante la película. El poli veterano ha estado a punto de morir, ambos lo saben, ambos se alegran de que todo haya quedado en una cicatriz y un mal recuerdo y nunca hablarán de ello si no es para reírse de la cagada cometida por el poli veterano, nunca hablarán de lo cerca que estuvo de morir ni de cómo se sentían ambos en dicha situación, lo cual sería una historia mucho más digna de contar que toda esta mierda que acabo de enchufaros.
Sí, Hollywood apesta.
Y mi curro más, si cabe, toda esta parafernalia escrita ha sido redactada mientras mi empresa me paga por probar equipos de protección antiincendios.
Moraleja: No os fiéis nunca de las medidas de seguridad contraincendios, las testean gente desconectada de la vida y que trabajan inconscientemente, sin prestar atención, en el mejor de los casos.
En el peor de ellos las testeo yo.
Cuidaos.
Publicado por Frank B. Parkinson en 20:40 1 comentarios
Pues al final me he dejado llevar. Llevar y arrastrar, pensarán muchos.
Estoy jugando al WOW, finalmente, y ya empiezo a acelerarme. Es todo lo que un jugador de Rol pueda desear. Además estoy jugando gratis, qué coño.
Descubro nuevos grupos y estilos de música a diario, descubro que sé más cosas de las que imagino y que tengo un pequeño Tyler Durden en la cara oculta de mi hemisferio izquierdo cerebral. Y también que poco a poco gana control, a medida que yo dejo de dormir él hace de las suyas.
El jueves me voy a Madrid de conciertos y bares y cervezas y mierdas del estilo. La muerte se viene de copas, y pienso morir. Pienso destruir mis locuras en vasos de chupito y tralladas en esquinas, porque así funciona.
Tengo puesto una maqueta rara de Deftones, toda ella instrumetal, Bob Ezrin. Si te gusta el grupo, esto es ya demasiado. (No la busques en el Spotify, que no la encontrarás)
Dejo caer ideas por aquí porque no tengo en concreto de lo que hablar, y me apetece escribir un rato. Estoy pensando en meterme a estudiar Periodismo o algo por el estilo... y además (sin venir al caso) recuerdo que me quería tatuar una línea que me partiera la columna vertebral en dos. Sigo pensando en eso, y también en tatuarme tetris en ruso por alguna parte del cuerpo.
En Octubre si todo va bien acabaré en Las Vegas, borracho perdido...
Me hace gracia lo parejas que son muchas experiencias que tenemos en común algunos de mis escritores favoritos y yo, desde los gritos en los bares, pensar solo por la calle en cosas surrealistas, escribir de pie en el andén del metro...
¿Cómo ha podido olvidárseme!
La semana pasada me compré un portátil, vive Dios, y la verdad es que le estoy sacando un provecho más que satisfactorio. Me veo comprando otro de repuesto en menos de un año, a este ritmo... Asus UL30a, por si alguien pregunta. Y no, no me tira el League of Legends.
Locura transitoria de pega, es decir, locura a secas.
Un abrazo.
Publicado por Frank B. Parkinson en 23:30 0 comentarios
"Lo sé porque lo sabe Tyler"
"Tal vez la autodestrucción sea la respuesta..."
"¿Qué te gustaría hacer antes de morir?"
Publicado por Frank B. Parkinson en 20:08 0 comentarios
Etiquetas: Diario
"Cariño, deja de tocarme los cojones..."
El padre de Malcolm (Bryan Cranston) te lo dice así. Déjate de limbos y de universos paralelos, esto es la vida real. La gente tiene problemas de verdad y quieren dinero y drogas. Una de las mejores sorpresas que me he llevado en meses.
Absolutamente recomendable.
Cuídenseme
Publicado por Frank B. Parkinson en 23:45 0 comentarios
Etiquetas: Series
Buenas noches, damas y caballeros, bienvenidos de nuevo a mi despropósito particular, mi blog es mi casa, y mi casa es la vuestra, así que poneos cómodos.
Traigo nuevas, y una de las más impactantes es que en los últimos 3 meses he perdido unos 7 kilos, lo que me deja ahora con una escuálida figura de 57 miles de gramos. Una noticia a la que no tiene alcance todo el mundo es que apenas he dormido en la última semana (entiéndanse los últimos 7 días, desde el jueves pasado, aprox.) y lo poco que he dormido no me ha servido para descansar, es decir, que ponle ojeras a las ojeras que tengo de serie e imagina mi cara. Sí, estoy destruidísimo. Me quedo dormido en el autobús y en el tren, pero no en la cama. Los nervios siguen haciendo mella en mi ojo derecho, que nunca deja de temblar, la fatiga crónica sigue dando por culo y no puedo parar de hacer cosas, engullo libros y cervezas y horas del día y empiezo de nuevo.
Descubierto Bukowski cada vez tengo más claro que nací unos 70 años más tarde de lo que me hubiera gustado. Quién hubiera formado parte de la Generación Beat (aunque él no lo hizo).
Me iré a vivir al barrio de Gràcia, un año de estos, aunque antes quiero pasar una temporada viajando sin parar, de costa a costa de los Estados Unidos, hacerme la ruta 66, emborracharme en San Francisco, escupir a la estatua de la libertad, perder o ganar dinero en Las Vegas, atravesar el desierto de Nevada con una Mágnum 357, mear en la fachada del Pentágono, visitar Detroit solamente para echárselo en cara al Camacho, ir al Valle de la Muerte y gritar "¡putaaaaaaa!", y todo eso sólo en los EUA.
Tiembla, mundo. Planeo grandes planes, planeo largos viajes.
Descansen por mí. Un saludo.
Suena la banda sonora de Snatch
Publicado por Frank B. Parkinson en 22:54 0 comentarios
Etiquetas: Diario
Son las 10 PM de un domingo y creo que en cuanto termine esta entrada me voy a ir a dormir, menudo fin de semana.
Entre otras cosas no consigo pegar ojo demasiadas horas, me he acostumbrado al hecho de dormir 6 horas y no soy capaz de aumentar ese margen, ni siquiera llegando a casa con el sol alto en el cielo.
El viernes, después de pasearme tranquilamente por el por mí siempre venerado barrio de Gràcia, entré al Pati Groc, un casal donde hacen talleres y esas historias. Empezaba el cursillo de guión. Ser el único alumno del taller no será un impedimento para disfrutar de esto y, sobretodo, aprender. De momento tengo de deberes ver algunas pelis y estudiar algunas ideas. Pasó hora y media volando.
Después de eso me puse a pasear sin prisa por Barcelona. Siempre me gustó mucho, pero con la lesión del pie y tal me lo he tenido que tomar con más calma, aunque últimamente suelo pasar mucho tiempo solo, caminando por ahí.
El sábado, estando con mi madre haciendo la compra me llamó el Panikito para llevarme de frikeo por Barcelona y comer allí. Después hacer acopio de pelis y libros nuevos fuimos a comer a un mexicano, cerca del MACBA. Por la tarde, en la playa de Castelldefels, en una terraza, me tomé un cóctel con el Antonio. Quién me ha visto y quién me ve, tomándome un San Francisco al solecico. En el bar decidimos que, finalmente, viajaremos a Madrid en Junio a ver Rage Against The Machine, Cypress Hill, Metallica, Motörhead y Söber. 5 días y sin zona de acampada. Pero es necesario. Por la noche cena en el mejor restaurante japonés que conozco, pagando una buena suma, pero saliendo más que satisfecho por la puerta. Un café en el piso donde vive el Khoalt los fines de semana que él quiere y vamos a la Taska, a aprender a jugar al póquer, a jugar y perder al póquer, a echar unas birras y cuando te das cuenta, las 5 y media la mañana. Casi sale el sol, mejor me voy a casa.
Y hoy, por supuesto, no he hecho nada en todo el día. Ni siquiera dormir.
Fines de semana frenéticos...
Publicado por Frank B. Parkinson en 22:01 0 comentarios
Etiquetas: Diario
Está lloviendo pero no me importa. Me estoy mojando y me da igual. Me he
despedido de mis amigos hace un par de minutos, justo cuando empezaba a
llover. Estoy solo otra vez, es domingo por la noche y no tengo sueño ni nada
que hacer.
La gente pasa corriendo a mi lado buscando refugio. Me gusta pasear
tranquilamente así. Sin capucha ni paraguas, el MP3 en el bolsillo,
no hace falta ponerle banda sonora a esta escena.
Me gusta pasar el frío justo para sentirme con vida, porque la vida son las
pequeñas cosas, es mirar al cielo sin pensarlo y descubrir como la luz de
la luna atraviesa las nubes mirando por la ventana, mientras vas de copiloto en
un coche hacia ningún destino en particular a más de 100 por hora, es pararte a
escuchar una canción en inglés que llevas toda la vida escuchando y descubrir lo
que significa, más allá de las palabras, es volver a ese parque destrozado y
sucio, con la fuente resquebrajada, malas hierbas y peores augurios y
descubrir que está como nuevo, que casi no lo reconoces, que vale la pena
sentarse un momento y disfrutar esas cosas.
La vida es todo eso y otro gran montón de cosas.
Ah, sí, y además es una mierda.
:)
Publicado por Frank B. Parkinson en 22:39 1 comentarios
Etiquetas: Diario, Historietas
He descubierto The Dark Side Of The Moon.
Puedo morir en paz.
Publicado por Frank B. Parkinson en 17:50 0 comentarios
Etiquetas: Fotos
Publicado por Frank B. Parkinson en 0:02 0 comentarios
Etiquetas: Juegos
Vaya fiesta de vida.
No lo expliqué en el blog, pero la semana pasada le pegué una patada a la puerta de mi edificio y me cargué uno de los cristales.
Esta mañana me he levantado de la cama muy temprano para irme de paintball con los del curro y casi me caigo al suelo. Pensaba que me había roto el pie. Por suerte resulta que me he torcido el tobillo, no recuerdo cómo, y casi no puedo mantenerme de pie, por no decir caminar.
A esto se le llama mal karma. No sé si creo en el karma, nunca me lo he planteado seriamente, pero en caso de existir tiene un sentido del humor pésimo. El martes en principio me tenía que ir a tatuar precisamente ese pie, y no tengo idea de si podré siquiera apoyar el pie para entonces. Otro fin de semana a la mierda, y ya no sé cuántos van. Aborrezco esta vida, la puta sociedad del bienestar me está dejando sin neuronas. La sociedad y las neurosis y los problemas a los que di carpetazo sin acabar con ellos, y que a veces vuelven, en forma de noticias de gente a la que no ves desde hace años. Aún viviendo en el mismo pueblo que tú, aún siendo familia tuya.
Qué asco de vida. Me he planteado un par de veces ya, y este blog lo sabe, irme del país. Aquí tengo unos colegas de puta madre que se que me aprecian muchísimo, pero por otra parte, necesito un estímulo para seguir con esto. Simplemente, me siento cansado y enfermo. La vida puede ofrecerme más cosas de las que mi realidad inmediata dispone para mí. La soledad es algo que llevo con orgullo y disciplina.
Con esta canción me entran unas ganas de drogarme que no puedo ni creérmelo. Hace mucho que no tomo cosas raras, pero cada fin de semana me aprieto un poco más las tuercas y la presión en mi cerebro crece. He pasado de gritar a veces a vivir en grito, a descubrir que dispongo a mi edad de una voz de cazalla incipiente.
Viva tener 22 años.
Viva ser un asocial y un extraño, porque eso es lo que soy y nadie nunca podrá quitármelo.
Viva equivocarse. Viva hacer las cosas mal. Viva por romper mi cuerpo y mi mente y forzarme a mí mismo a un infierno permanente, que apaga su fuego cuando entras en una conversación o cuando has de concentrarte severamente en algo para volver a quemar al mínimo indicio de sospecha de recuerdo (toma ya).
Esto no es vida. Aborrezco la humanidad y mi humanidad. Estoy deseando que se caliente la atmósfera y que los cadáveres inunden las calles y plazas.
"Quería abrir las válvulas de descarga rápida de todos los petroleros y llenar de crudo todas esas bonitas playas que yo jamás conocería. Quería respirar humo… quería destrozar algo hermoso." - El club de la lucha.
Hacer las cosas mal... siempre supe que era bastante atípico. Mi vida siempre ha llevado el ritmo que le ha dado la gana. Aprendí a hacer las cosas de cualquier manera y sin interés. De ahí mi falta de atención en casi todo lo que no tenga dentro de la cabeza.
Buah, paso de seguir escribiendo que me pongo enfermo y seguro que a vosotros también. Voy a hacerme un colacao y a ponerme una peli.
Sos den por culo.
Publicado por Frank B. Parkinson en 22:11 3 comentarios
Etiquetas: Diario
La última entrada acerca de Simón es de hace cerca de un año. Tanto tiempo le ha valido para crecer, madurar y sobretodo aprender. Veamos que dice...
Publicado por Frank B. Parkinson en 20:49 0 comentarios
Etiquetas: Simón
Una vez más, ladies and gentlemen, vuelvo a usar Linux. Después de un par de días peleándome con los drivers de sonido he conseguido que funcione hasta el Spotify en esta mierda. Y pensar que la última vez que usé Linux tuve que dejarlo asustadísimo...
El asunto ha sido que mi sesión de Windows falleció así porque sí, y recordé que tenía un linux preparado para instalar desde el arranque. Lo preparé y todo funcionaba bien. La siguiente vez que arranqué sesión no tenía sonido. De puta madre.
Gracias a mis desdibujados recuerdos de lo que me enseñó Javi de Linux he podido entrar en ese mundo frikísimo, uno de los últimos que me falta por conquistar, junto al de la Física (porque ya se juega a Rol en el bar!) y el de la creación de robots.
Actualizo pronto.
PD: Good, pretty good.
Suena: "I don't wanna grow up" - The Ramones
Publicado por Frank B. Parkinson en 22:59 0 comentarios
Etiquetas: Diario
Como siempre, cambio de planes.
Ni plan B ni C ni puta mierda.
De momento, casi seguro, que el año próximo seguiré currando y a la espera de acumular riquezas para poder estudiar guión cinematográfico. Depués de hacer números he comprobado la imposibilidad del proyecto a corto plazo, así que tiempo al tiempo y a otras cosas de mientras.
Hoy, así sin más ni más, me he apuntado a la piscina/gimnasio del barrio. Me duele el brazo izquierdo y estoy cansadísimo, pero ha valido mucho la pena. A esta hora éramos unos 4 para toda la piscina. No sé cuántos años hacía que no entraba. La recordaba mucho más grande de cómo es en realidad. Ahora sólo falta ser consecuente e ir con frecuencia. Qué cantidad de paz mental en un momento, y mira que siempre he tenido la opción de ir y nunca conseguí acumular las fuerzas suficientes.
Volviendo a lo del cine y eso, aunque lo aparque un tiempo me pondré a escribir un corto un día de éstos, que parece que en el Manasses se están animando a moverse en esa dirección.
En la clase de Inglés me han puesto de ejemplo de "Rebel" xD
Aunque el nivel de rebeldía necesario para destacar en mi empresa es el de un gafapastas, pero en fin, bromas de clase.
Pensando en nada.Vuelvo en breve.
PD: Acabando de escribir el post se ha quedado mi hermano encerrado en el ascensor con el perro xDD
Suena: "Le bien, le mal" - Guru, Jazzmatazz
Publicado por Frank B. Parkinson en 21:13 0 comentarios
Etiquetas: Diario
"I don't wanna have to but I will... if that's what I'm supposed to do."
Refugio mental musical.
Quienes me vean, ya saben, para quienes no me vean, les cuento.
Serenidad gobierna el lago que es mi alma después de relajarse las ondas que se formaron por culpa de las piedras que yo mismo lanzaba a su superfície. El paso del tiempo destroza los nervios, y mientras se forman nuevos, la mente se niega a seguir adelante forzando su límite. No me quedan piedras cerca, y las que encuentro no son suficientemente pesadas para romper la calma del agua.
No sé cuando salgo de la resaca y cuando entro a la borrachera, últimamente, aunque no importa demasiado. Las semanas pasan mucho más rápido de lo que han llegado a pasar nunca, y los fines de semana tardan un suspiro en desaparecer. No sé cuando conseguiré disfrutar de verdad de algo.
Intentaré convertir el blog en algo que no suene tan melancólico y aburrido. Algo como relatos ultracortos o mierdas por el estilo.
Estoy bien, de verdad, es sólo que aún tengo que encontrarme a mí mismo.
Vuelvan por aquí cuando quieran.
Suena: "Hey" - Red Hot Chili Peppers
Publicado por Frank B. Parkinson en 17:29 0 comentarios
Etiquetas: Diario
La realidad no tiene ningún interés.
Soy el puto gato de schrödinger, no estoy vivo ni muerto. Un maldito dragón que sube y baja y gira y vuelve a pasar. A pain in the ass. Una autolesión mental en tiempo de huelga japonesa. La esquizofrenia me da menos miedo que todo esto. "Bombas humanas" es el término que se lee en "Socorro, perdón" para las personas de mi condición. Gente que se harta, explota, sufre, vive sin más remedio, son gente que pierde su tiempo esperando un cambio. Ese cambio es un maldito MacGuffin, una excusa para avanzar. Un estímulo que devuelva la vida a las neuronas enterradas bajo océanos de alcohol y toneladas de residuos imaginarios y ruinosos. "Leaving Las Vegas" experimentaba con el hecho de una bomba humana que no buscaba más cambio que acabar con toda su mierda de vida. No sé si sabes que esa historia esta basada en la vida de John O'Brien, el cual se suicidó poco antes del estreno de la película.
Siempre podría ser peor, te dicen, y no es mentira, pero eso no es consuelo, porque todo siempre se puede ir a peor y tu vida puede hundirse más todavía en la mierda y la miseria absoluta. ¿Y qué, joder? ¿Y qué? Mi vida no está bien ahora, lo demás me da igual, coño.
No, no tengo un buen día y me dedico a hacer Shadowboxing con mis pensamientos tecleados en un portátil destrozadísimo, único compañero en muchos momentos.
Escribo un diario, a parte del blog, cada vez que siento que mi mecha está cerca de consumirse. Me lo he releído, un poco, y entonces me sentía más o menos igual que ahora. La diferencia es que ha llegado el momento es que el agobio de seguir igual, igual, igual, igual, ha acabado por agotarme, no encuentro motivaciones para levantarme de la cama, no disfruto los hobbies que tanto me apasionaban, no me acontento con nada.
Sólo disfruto los libros de escritores casi todos muertos, o con problemas mentales o de droga o todo eso a la vez, porque ellos saben lo que es el dolor y cómo se describe, no como yo, que doy rodeos y rodeos a ideas totalmente diferentes en cada párrafo y nunca acabo de completar mis tareas.
En estos grises tiempos he aprendido lo que es la música (Cuánto se parece esa palabra a "musa") al final entiendo las letras y puedo sentirlas, puedo imaginar las situaciones y representarlas en el anaranjado teatro que tengo detrás de los ojos. Incluso las canciones clásicas de mi vida, incluso de Limp Bizkit (Galleta Flácida) y cosas por el estilo tienen un nuevo prisma desde el que ser estudiadas.
Otro martes se va.
Suena: "Break Stuff" - Limp Bizkit
Publicado por Frank B. Parkinson en 20:20 1 comentarios
Etiquetas: Diario
¡Ey! ¿Qué es eso de que hoy me encuentre un cigarro Marlboro en el bolsillo de la manga de mi chaqueta? Con lo caro que está el tabaco últimamente alguien tendría que echarlo de menos. El viernes, cenando, saqué todo lo que había ahí, Paracetamol efervescente de 1g, (una unidad) en pastilla, (3 unidades) tonopan,(1 unidad) y un caramelo halls. No había ningun cigarro ahí dentro. El sábado sólo salí por la tarde a tomarme un café y me he dado cuenta de esto hoy.
Se me olvidaba decir que el viernes me emborraché bastante agradablemente, pero eso sigue sin explicar cómo llegó el cigarro ahí.
No recuerdo gran cosa de lo que dije el viernes en el bar, sólo sé que le corregí el guión del corto al Esteban con la Laura, que estuve leyéndole a medio bar comentarios de http://www.ascodevida.com/ y que grité y grité una vez más como todas y cada una de las veces que me extasio y/o bebo.
Fue muy divertido. Sábado por la mañana "Lock, stock and two smoking barrels" de Guy Ritchie, director de "Snacht, cerdos y diamantes" y desde la tarde hasta la madrugada pasarme el God of War 3, en un total de 2 días.
Tengo un problema (un montón de problemas, en realidad) y la culpa la tienen los de Sony, que hacen juegos de broma, últimamente. Estás jugando a un juego pensando en otro, y que esto se parece a, que este personaje es como aquel de nosédonde, este puzzle es igual que aquel que me costó tanto de pasar en tal año...
Se acabó otro fin de semana, otro domingo que ceno de o en el chino. Pero éste un poco diferente, pues me he puesto a pensar dónde acabaré con el tiempo, y cuándo saldré de mi casa y si seguiré estudiando después de acabar lo de guión, si me iría a vivir al extranjero o por ahí. Es cómoda la situación que vivo ahora, pero necesito acción.
Y sobretodo necesito no pensar, porque pienso y la cago y hago cosas que no tengo que hacer, y luego lo pienso (una vez más) y ya no sé si lo que hago está bien o mal, porque si a mí me pareciera que las cosas que hago están bien, no pasaría nada, pero actúo y luego no sé si he hecho bien o no, y si no actúo pienso que debería arriesgar más. Pero no sé qué efecto traen mis causas, así que sigo sin saber qué hacer, lo mejor, intentar no pensar, porque no creo que lleguen ecos de mis acciones, acertadas o no.
Buenas noches.
Publicado por Frank B. Parkinson en 23:58 0 comentarios
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3 años más tarde, sala Razzmatazz, otra vez. Method Man vuelve a Barcelona y Germen y yo nos colamos en Razz para verlo. Locura increíble, sudor, gritos, cervezas y pisotones en un festival de temazos y clásicos, de paquetes de botellas de agua que vuelan en dirección al público, de cabriolas del Method para subirse a las buffles a fumar y tragarse porros del respetable. Una fiesta en sí misma, sí señor.
Una de las cosas más destacables de la noche fue la sensación de libertad aún con el aprisionamiento humano que plantea un concierto de esta percha. No es que sea como los viejos tiempos, más bien ESTOS SON LOS VIEJOS TIEMPOS.
Estos tiempos, estas sensaciones de paz y felicidad y agustismo, de estar con tus colegas en un concierto liándola, creando caos y pogo y porros y cervezas, estos tiempos son los que quiero convertir en mis viejos tiempos.
Hablando un poco de todo, lentamente levanto la vista a la luz de un nuevo futuro para mí. Lentamente recobro la consciencia y la calma, muy lentamente crezco y renazco. Sin prisa pero sin pausa.
Saluden de mi parte. (Y dejad comentarios, joder!)
Publicado por Frank B. Parkinson en 20:46 1 comentarios
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Y hace días decía que ése fue el peor de los que he vivido...
Es increíble de lo que es capaz el cerebro humano si pone todo su empeño en algo. Y más aún cuando la tarea para la cual se esfuerza sobremanera es la autodestrucción.
Lo único que me va a dar auténtico respiro es centrarme en cosas nuevas, o cosas que ya conocía pero a las que no prestaba atención. Voy a empezar a estudiar Matemáticas otra vez, y ésta por gusto, voy a viajar todo lo que pueda y más, jugar a la consola hasta irme a dormir con los ojos hinchados, dormir lo menos que pueda, beber lo que necesite, llorar lo que me pida el cuerpo y preguntar todo ese tipo de cosas que siempre he querido saber y nunca pregunto por no querer hablar con los demás o por antipatía, porque me pasa mucho que voy a tiendas y sitios y me busco la vida yo mismo, hasta que no puedo más y, en vez de preguntar, me largo. No, amigos, voy a socializarme e intentar convertirme una especie de individuo, con sus ideas y todo.
Parece que hasta estoy madurando.
Valorar lo que tienes a tiempo, antes de perderlo, esa ha sido una dura lección que me grabaré en la mente a fuego, porque me remuerden la conciencia demasiadas cosas, más de las que puedo afrontar y me hundo, me hundo, me ciego y me caigo. Pero cada vez que me levanto soy un poco más ligero y soy un poco más mayor, porque la vida está en hacerse daño. Porque la vida es daño, en muchas de sus facetas. El aprendizaje es dolor en sí mismo, aprendizaje de la vida.
Y pensaba también en cómo es esa mierda de que la partida sólo dura una vida, y que aprendes en base a tus errores, y con el tiempo que te sobre de equivocarte debes levantar tus pilares, volver a ser feliz, hasta volver a cagarla, hasta volver a desmoronarte en esa oscura cueva que es tu habitación, que vives en tu casa con tu vieja y más que su hijo pareces su puto huésped, colega. Pero volviendo a lo que decía, ¡Tenemos los putos días contados! Es decir, pasa tu infancia en un abrir y cerrar de ojos, la adolescencia no es más que hacer daño o dejar que te hagan daño, pasas los 20 y todo lo demás se va volando. ¡No hay tiempo a vivir plenamente! El día que haya aprendido todo lo que necesito saber para ser feliz y hacer felices a los de mi entorno mi cuerpo desarrollará Alzheimer y a tomar por culo, ni siquiera podré ir a cagar solo.
Seguiré con toda esta mierda otro día, de momento tengo algunas cosas que no quiero dejar en el tintero y necesito escribir.
Bratislava. ¿Qué coño se me ha perdido allí? Nada de nada, eso es así, pero cuando estás obcecado con vivir y piensas que quieres ser feliz y dejar de pensar, lo mejor que se me ocurre hacer es irme a un país extranjero a emborracharme varios días y liarla y viajar. Voy a empezar a hacer todas esas cosas que siempre quise o necesité hacer, porque ahora, más que nunca, me hago falta a mí mismo, y no pienso abandonarme a la suerte de las drogas o el alcohol (en medidas desproporcionadas, en el viaje sería una desproporción mesurada).
El otro asunto del que quería escribir algo es sobre mis amigos. Nunca, y repito nunca, dejaréis de tener un lugar en mi corazón. Porque si algo bueno tienen los malos momentos es que los tuyos, los que te quieren, están ahí y te apoyan. Aguantan tus palizas verbales y lágrimas y a cambio te dan abrazos, besos y mucho amor, que es lo que más se necesita en esas fechas. Mi concepto de ellos ha cambiado mucho en estos días, porque siempre he tenido un concepto muy idealizado de la amistad y eso, y entre eso y mi cerrada personalidad nunca he tenido muchos amigos. Pero ahora, en estos tiempos oscuros, os veo como lo que sois realmente, mis amigos, mi apoyo, todo aquello por lo que hay que luchar (junto a la familia y la libertad).
No me importa si pensáis que lo que escribo está fuera de lugar para venir de mí o que en mi estado anímico no debería escribir esto, porque me da igual, lo necesitaba, necesitaba desahogarme tranquilamente.
La última cosa que quiero decir es que hacerme un blog ha sido una de las mejores ideas que he tenido en mi vida.
Directo al alma
Publicado por Frank B. Parkinson en 20:46 0 comentarios
Etiquetas: Diario
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